Son empresas especializadas en vaciar casas que se alquilan o se ponen a la venta. Puede resultar estresante no saber qué hacer ni a quién recurrir para deshacerse de los objetos acumulados durante años o incluso toda una vida.Lo primero es realizar un inventario de todo lo que hay en el interior de la vivienda; los objetos se valoran y tasan. Se vende absolutamente todo: desde el mobiliario, como sillas, mesas, cómodas, lámparas, adornos, tazas, vajillas, cacerolas y electrodomésticos, hasta plantas e incluso las pertenencias más personales del propietario, como ropa, calzado y complementos. Para los objetos más valiosos, se recurre a expertos como anticuarios, que estudian y tasan las piezas.Muchas familias desconocen realmente el valor de algunas de sus pertenencias, especialmente cuando se trata de joyas, pinturas, esculturas u objetos curiosos vinculados a acontecimientos históricos.

Carmen Manjón y Covadonga Ovín pusieron en marcha en plena pandemia My Home, un negocio pionero que triunfa en Asturias. Hasta el momento ya han vaciado casi cuarenta casas. Sus rastrillos duran veinte horas y hay lista de espera para participar y hacerse con alguno de los codiciados objetos.