Cada día resulta más frecuente encontrarse encontronazos entre hosteleros y presuntos clientes insatisfechos. Lo que no es tan habitual es que las respuestas de los empresarios sean tan contundentes que desmonten por completo los argumentos del comensal. Eso es lo que ha pasado en un bar de Gijón.
La disputa empezó con una mala crítica del comensal. Fue la siguiente: "Pasamos por casualidad y maldita la gracia. Pedimos la hamburguesa de buey, que se masticaba goma de mascar. Se quedó entera, igual que las verduras orientales, mazacote de verduras en sartén. Lo intentamos arreglar con una ensalada de lechuga, cebolla y tomate. Lo único bueno, la decoración y el servicio del camarero que nos atendió. No se os ocurra pasar por aquí. Si queréis comer mejor, tenéis más abajo un burger y una pizzería".