Una intervención delicada y con la "empatía" como principal aval fue la que protagonizaron el pasado domingo Hugo Fernández y Adolfo Reyes, agentes de la Policía Nacional que consiguieron salvarle la vida a una joven de 18 años que se encontraba en el entorno del cerro de Santa Catalina, en Cimavilla. El tiempo de reacción tras recibir el aviso fue breve, pues la patrulla estaba por la zona. La joven se hallaba en un punto de difícil acceso, en un risco, donde comenzó una conversación de una media hora entre ella y los policías que resultó crucial para que cesara en sus intenciones. "Le convencimos de que había otras salidas", señalan los agentes, que realizaron una especie de "cadena" para el rescate, dado que "las rocas estaban muy resbaladizas".

Hugo Fernández fue el primero que habló con la joven. Lo hizo unos minutos y, después, Adolfo Reyes tomó la iniciativa. El objetivo era claro: salvarle la vida. "Le hicimos ver que estábamos ahí para ayudarla", rememora Fernández. Los agentes, que remarcan el "peligro" de la situación dada la ubicación de la chica, trasladada posteriormente al Hospital de Jove, si bien en primera instancia recibió asistencia médica nada más producirse el rescate. Cuenta Reyes que la clave fue "empatizar" y "escuchar los problemas" de la joven con la máxima prioridad de salvarla y "que no ejecutara lo que tenía pensado". "Buscamos la seguridad propia, la del compañero y la de ella", sintetiza Hugo Fernández, que indica que en el cuerpo se ofrecen recomendaciones y cursos para saber cómo actuar ante una coyuntura de este tipo.