CORDILLERA CANTÁBRICA

El plan para 'salvar' al oso del cambio climático: 150.000 árboles y campañas para evitar "sustos" con senderistas y cazadores

El proyecto 'Life Osos con Futuro' ha aumentando con éxito la producción de frutos silvestres plantando 'bosques' de frutales para que los animales se alimenten en invierno en un escenario en el que cada vez hibernan menos

Una familia de osos pardo en la Cordillera Cantábrica, donde se ha llevado a cabo el proyecto 'Life osos con futuro'.

Una familia de osos pardo en la Cordillera Cantábrica, donde se ha llevado a cabo el proyecto 'Life osos con futuro'. / FUNDACIÓN OSO PARDO

Madrid

Con el cambio climático, los osos pardos de la Cordillera Cantábrica cada año hibernan menos, o ni siquiera lo hacen, ya que este incide en la producción de frutos silvestres de los que se alimentan, que cada año tienen cosechas más irregulares [como el arándano]. Es por ello que desde la Fundación Oso Pardo llevan desde el año 2020 trabajando en plantar miles de arboles frutales que funcionen a modo de 'supermercado' para los animales. 

Los últimos recuentos de los expertos hablan de que hay 370 ejemplares repartidos por la Cordillera Cantábrica (Asturias, Castilla y León, Galicia y Cantabria), a los que hay que sumar unos 75 residentes en Los Pirineos. Se trata de una especie en extinción que en solo 30 años, gracias a su protección, ha conseguido mejorar ostensiblemente su población, pero siguen afrontando muchos desafíos, uno de los principales es el cambio climático. 

Una de las cuadrillas que ha trabajado en Castilla y León en la plantación de árboles frutales para ayudar a que los osos pardos se alimenten en invierno.

Una de las cuadrillas que ha trabajado en Castilla y León en la plantación de árboles frutales para ayudar a que los osos pardos se alimenten en invierno. / FUNDACIÓN OSO PARDO

En el Alto Sil leonés y en Palencia

Desde que empezó en 2020 el proyecto 'Life Osos con futuro', que acaba la próxima semana y ha contado con la colaboración de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, y la Fundación Patrimonio Natural, de la Junta de Castilla y León, se han plantado más de 150.000 arbustos y árboles frutales autóctonos y 25.000 castaños en cerca de 115 hectáreas de Asturias y Castilla y León (en el Alto Sil leonés y el norte de Palencia, sobre todo). 

Entre los árboles están los cerezos, arraclanes, manzanos silvestres, mostajos, servales y abedules repartidos en diferentes rodales, donde se han realizados trabajos de inventario, seguimiento y definición de actuaciones y divulgación de los distintos tratamientos selvícolas a aplicar para favorecer la regeneración natural, la fructificación y, en definitiva, la adaptación al cambio climático de estas masas. 

"El proyecto ha querido mejorar la adaptabilidad del oso al cambio climático con una doble acción", explica Guillermo Palomero, director de la Fundación Oso Pardo en conversación telefónica con EL PERIÓDICO. "Primero, mejorando la disponibilidad de comida y la otra teniendo en cuenta que en invierno cada vez hay más senderistas caminando, sobre todo después de la pandemia, y hay que informar mucho y hacer campañas informativas para disminuir los incidentes con los osos, que afortunadamente no ha habido ninguno en los últimos años, pero los sustos es algo que tenemos que procurar evitar".

Crear empleo local

Para el primero, gracias a la colaboración con universidades de Cantabria, Oviedo, Valladolid y Extremadura, se ha definido qué sitios "eran los mejores para plantar y qué tipos de especies eran las idóneas. Hemos creado así pequeños bosquetes de enriquecimiento trófico alejados de las casas y los pueblos, ayudando además a crear empleo local entretanto". 

Un ejemplar de oso pardo en Asturias.

Un ejemplar de oso pardo en Asturias. / EFE

Para el segundo, se ha contado "con el apoyo de asociaciones de micología y de naturaleza, federaciones de caza y de deporte, tanto en Cantabria, Galicia, Asturias y Castilla y León", añade Palomero sobre una campaña con dos vídeos de dibujos animados donde se dan consejos en el caso de encontrarse con un oso.

"La verdad es que estamos muy contentos del proyecto y de la colaboración de todos", asevera sobre una iniciativa ejecutada con la contribución del Programa LIFE de la Unión Europea y que ha actuado en espacios de la Red Natura 2000.

En total, se han celebrado más de 80 encuentros con colectivos vinculados a estas actividades, que se han mostrado muy implicados en la difusión de los distintos materiales informativos generados en el marco del proyecto.

Evitar encontronazos con los osos

Durante esos encuentros se han ofrecido recomendaciones para evitar encontronazos con los osos, como usar siempre los caminos y senderos autorizados, no adentrarse en la vegetación espesa, no seguir los rastros del oso, ni acercarse a animales muertos, que pueden ser fuente de alimentación para los animales.

Además, se pide a los senderistas, montañeros y cazadores que lleven al perro con correa y no tiren los restos de su picnic. En la carretera, además, advierten desde la Fundación, quien persiga con su vehículo a un oso en la calzada -en algunos casos estos encuentros han sido grabados- puede acabar siendo multado.

Durante la campaña se ha incidido en que en Europa los osos evitan el contacto con la gente, y la suelen detectar con bastante antelación, alejándose discretamente del lugar sin que en la mayor parte de los casos la persona llegue a darse cuenta. No obstante, ante ese encuentro fortuito nunca se debe reaccionar de forma agresiva o dando voces, o intentar un acercamiento, que él identificaría como una amenaza, precisan desde la Fundación.

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