Educación

El fenómeno de la serie 'Adolescencia' empuja la lucha contra la violencia adolescente

El número de chavales condenados con sentencia firme cayó un 7,2% en 2023, pero el día a día en los hogares y las aulas, con alumnos disruptivos y escasa tolerancia a la frustración, hace saltar las alarmas

La comunicación, acompañar a los hijos en el mundo de internet y conocer sus códigos, así como trabajar la tolerancia a la frustración son elementos indispensables para prevenir la agresividad

Tráiler oficial de 'Adolescente' la nueva serie de Netflix

NETFLIX

Olga Pereda

Madrid

Una de las escenas más desgarradoras de 'Adolescencia', el último hit de Netflix, muestra al padre del protagonista completamente destruido. Llora desconsolado en la habitación de su hijo, que tiene 13 años y está acusado de matar a puñaladas a una compañera del colegio. “Lo siento, hijo. Debí hacerlo mejor”, suspira mientras acaricia y besa un peluche del chaval. El hombre tiene 50 años, trabaja como fontanero, es padre de otra hija y esposo entregado. Es una familia estructurada, sin aparentes problemas. ¿Ha fallado como padre?

La serie británica de Netflix es ficción, pero psiquiatras, pedagogos y orientadores destacan que el guion tiene mucho de realidad y puede servir como elemento propulsor para tomar conciencia y prevenir la violencia adolescente en un momento en que el odio y la misoginia son un fabuloso combustible en internet.

¿Se están equivocando las familias y los colegios a la hora de educar? La mala noticia es que, en parte, sí. La buena es que no hay que culparse ni desesperarse. "Los éxitos de nuestros hijos no son nuestros éxitos, ni sus fracasos nuestros fracasos. Los padres influimos en su vida, pero no la determinamos", explica la profesora y divulgadora especializada en adolescencia Diana AlAzem, autora de '¡Quiero entenderte!'. Ahora bien, sí que hay factores familiares que pueden hacer que un adolescente sea más o menos violento. Y aquí entra en escena la importancia de la prevención.

Los expertos urgen a las familias a comunicarse con sus hijos y acompañarles también en el mundo de las redes

El Gobierno británico, de hecho, ve con buenos ojos que 'Adolescencia' se vea en el Parlamento y en los centros educativos para generar debate y acelerar cambios. Preguntado por la serie esta semana, el 'premier', Keir Starmer, explicó que está siguiendo la serie con su familia –tiene un hijo de 16 años y una hija de 14– y que considera que es un "muy buen drama". Apuntó, además, que la serie refleja "el problema real" que supone "la violencia ejercida por hombres jóvenes" que se han visto "influenciados por lo que ven en internet". "Es aborrecible y tenemos que afrontarlo, es un problema emergente y creciente", subrayó.

Lo cierto es que cualquier espectador termina la serie con desasosiego y preguntándose si su hijo podría convertirse en un monstruo. Con los datos por delante, la respuesta es que no hay muchas probabilidades. En España se han registrado recientemente casos espeluznantes. Por ejemplo, este mismo mes, la muerte de una educadora en un piso tutelado de Badajoz a manos de tres menores, o en febrero de 2024 el salvaje crimen que cometieron en Cantabria dos chavales contra su madre adoptiva. Y más lejos en el tiempo, en 2005, el impactante caso de tres adolescentes de Barcelona, con familias estructuradas, que quemaron a una indigente, Rosario Endrinal, en un cajero automático de Sant Gervasi.

Sin embargo, los datos apuntan a que la delincuencia juvenil está a la baja. El número de menores de 14 a 17 años condenados con sentencia firme por todo tipo de delitos cayó un 7,2% en 2023, según datos del INE, que refleja una diferencia abismal entre chicos (10.367) y chicas (2.655). Lesiones (7.695) y amenazas (2.066) están entre las infracciones o delitos más comunes mientras que la cifra de homicidios es muchísimo más baja: 114.

Falta atención en casa

Sin llegar al extremo de las conductas delictivas, la realidad cotidiana no invita especialmente al entusiasmo. Según Unicef, casi el 21% de los adolescentes españoles manifiestan problemas de salud mental. El último estudio de la Fundación SM y Educo alerta ante la mayor vulnerabilidad socioemocional de los estudiantes: cada vez tienen menos autoestima y menos tolerancia la frustración, caldo de cultivo perfecto para que aumenten las conductas disruptivas en el aula debido, según los autores de la informe, a "la falta de atención en el hogar". Es un retrato bastante fiel de lo que le ocurre a Jamie, el protagonista de 'Adolescencia'.

En la crucial entrevista con la psicóloga mientras está recluido a la espera de juicio, el chaval recuerda con angustia cómo su padre le giraba la cara cuando jugaba al fútbol. "Le daba vergüenza lo mal que lo hacía", confiesa el niño a la terapeuta. El padre, efectivamente y sin maldad ninguna, asume que le sabía muy mal ir a los partidos porque su hijo "era un paquete" con el balón. Aquí está una de las primeras señales de alarma. En esa familia falla la comunicación.

"Muchos chavales que tenemos en terapia reconocen que no comen jamás con sus padres y madres"

Luis López Murria

— Pedagogo en Acompanya'm, unidad terapéutica del Hospital Sant Joan de Déu

La divulgadora Al Azem recuerda que muchos jóvenes violentos sienten que no valen nada o que no encajan pero que si se sienten valorados, escuchados y aceptados será menos probable que recurran a la agresividad. No es el caso de Jamie. "El padre no sabía ni comunicarse con él ni acompañarle", continúa el pedagogo Luis López Murria, autor del ensayo 'Educar en llamas' y miembro de Acompanya’m, pionera unidad terapéutica de salud mental infantil y juvenil del Hospital Sant Joan de Déu (Barcelona). El especialista recomienda a las familias que hagan planes con sus hijos e hijas, que vayan al cine, que den un paseo o que, simplemente, hablen e intenten reírse con ellos. Que estén presentes.

El psiquiatra Enric Armengou, autor de un manual sobre el suicidio adolescente ('Romper el silencio'), también hace hincapié en la necesidad de cuidar la diversión con los hijos desde que son pequeños para crear recuerdos bonitos que perduren en la adolescencia.

La comunicación –tan difícil de conseguir con un adolescente encerrado en sí mismo– es básica. El protagonista de 'Adolescencia' es un chaval inteligente, con buenos resultados escolares y un par de amigos. Aparentemente todo normal. Pero ni sus padres ni su hermana saben lo que se estaba cociendo en su cerebro. Hablar, al menos intentarlo, es crucial. "Tengo muchos pacientes que no saben qué profesión tienen sus padres. Más o menos conocen a qué se dedica, pero no te saben decir nada más concreto", alerta Armengou. Muchos chavales que reciben terapia en Acompanya’m reconocen que jamás comen o cenan en familia.

"Los adolescentes necesitan intimidad, pero no les podemos abandonar en internet"

Enric Armengou

— Psiquiatra

El acompañamiento no solo debe ser físico sino 'online'. Todos los expertos subrayan que uno de los grandes fallos de la familia de 'Adolescencia' es que Jamie se pasa las noches solo en su cuarto con el ordenador. Internet le abre las puertas de un mundo oscuro en el que el odio a las mujeres campa a sus anchas de la mano del movimiento incel, abreviatura inglesa de celibato involuntario, subgrupo digital que acusa a las mujeres de ser las culpables de su soledad y de su incapacidad de tener relaciones sexuales. Y eso sucede sin que medie ningún diálogo presencial con su padre, su madre y su hermana, quienes, seguramente, le habrían aportado otros puntos de vista realistas y sensatos.

Los adultos también desconocen los códigos que los adolescentes usan en redes para comunicarse. Y, según los expertos, ahí también tienen que estar las familias, para conocer el mundo en el que se relacionan los chavales y poder así orientarles y acompañarles.

"Los adolescentes necesitan intimidad, pero no les podemos abandonar en internet. Les pedimos que de noche no vayan por determinadas calles porque no son seguras, pero luego les dejamos solos en el mundo virtual", critica Armengou. Jamie podría ser cualquier chaval español. El informe de Educo y la Fundación SM da voz a profesores que aseguran que muchos escolares acuden a clase completamente dormidos porque han estado hasta las tres de la mañana con su móvil o en las redes sociales.

El último informe de Educo y la Fundación SM apunta que muchos escolares acuden a clase dormidos porque han estado hasta las tres de la mañana con su móvil

"Internet es la niñera de muchos adolescentes. Las redes sociales, y la sobrestimulación que provocan, no hacen nada por ayudar. En las redes vemos cómo debemos ser, cómo debemos comer y cómo debemos vivir. Si no lo cumplimos, nos genera una frustración muy grande", explica el profesional de Acompanya’m.

"La poca tolerancia a la frustración nos predispone a ser más agresivos, ya sea verbal o físicamente"

Luis López Murria

— — Hospital Sant Joan de Déu

La palabra frustración es otra de las claves en la educación y la crianza. "La poca tolerancia a la frustración nos predispone a ser más agresivos, ya sea verbal o físicamente", explica López Murria. La frustración puede venir por cualquier parte, desde unas malas notas hasta pedir (y no tener) un móvil nuevo, detestar el menú de la cena o querer ligar con alguien y recibir una negativa o una burla, como le sucede al protagonista de la serie de Netflix. Aquí, una vez más, entran en escena los límites, tan necesarios y tan olvidados entre muchas familias.

Los padres y madres ausentes son una realidad palmaria. Otros están presentes, pero enganchados a la pantalla de su móvil. "Vivimos en una sociedad cada vez más exigente, competitiva e individualista. Salimos a las ocho de la tarde de trabajar y cuando llegamos a casa no queremos líos ni berrinches, así que no ponemos límites y cedemos en todo", critica López Murria. "El problema es que con un niño pequeño tienes una rabieta pero con un adolescente que se niega a que le quites el móvil a las tres de la mañana tienes otro panorama muy serio", añade. "No hay que tener miedo a pasarlo mal en estas situaciones. Tú eres la autoridad en casa. Autoridad dialogante, pero autoridad", apostilla Armengou.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents