Los cuidadores de colonias felinas de Piloña denuncian maltrato animal y piden más ayuda institucional

Los voluntarios aseguran que enfrentan actos vandálicos y falta de recursos, mientras luchan por dar visibilidad a su trabajo en favor del bienestar de los gatos callejeros

Delante y por la izquierda, Clara Martínez e Ibelise Crespo; detrás, Bernhard Hörl, Andrea Antuña, Jonne Rouse, Cristina Chamorro y María Mikulcova.

Delante y por la izquierda, Clara Martínez e Ibelise Crespo; detrás, Bernhard Hörl, Andrea Antuña, Jonne Rouse, Cristina Chamorro y María Mikulcova. / R. J. Q.

Julia Quince

Infiesto (Piloña)

En una situación "crítica", así se encuentran las colonias felinas de Piloña. Voluntarios y cuidadores denuncian falta de apoyo, episodios de maltrato animal, vandalismo en sus refugios y hostigamiento por parte de algunos vecinos. La labor que realizan, pese a ser clave para el control y bienestar de los gatos callejeros sigue sin recibir la visibilidad ni el respaldo necesario.

Desde 2020, este grupo de voluntarios, integrado por 16 personas, trabaja bajo el amparo de la Protectora Animales de Oriente para alimentar, esterilizar y buscar un hogar a los gatos abandonados de Piloña. Su desgaste es cada vez mayor: "Estamos muy quemados, no estamos siendo cuidados como deberíamos y pedimos al Ayuntamiento más ayuda, y no solo económica", señala Cristina Chamorro, portavoz de los voluntarios.

A la falta de apoyo institucional se suma la hostilidad de algunos vecinos. Han recibido insultos y amenazas y han sido testigos de graves casos de maltrato animal. En algunas zonas del concejo, han encontrado gatos envenenados o heridos: "Es algo que pasa continuamente. Uno de los casos que tuvimos y que está ya denunciado fue el de un niño que disparó a un gato y lo mató ante la mirada de su padrastro", concreta.

Una de las colonias más afectadas es del aparcamiento cercano al centro de salud de Infiesto. Allí, los voluntarios han construido un refugio artesanal, pero está siendo blanco de constantes actos vandálicos: "Nos quitan los comederos, arrancan los carteles y, lo peor, les hacen daño a los animales. Hemos llegado a encontrar alguno pintado con spray", lamenta Chamorro. Los cuidadores han informado al Ayuntamiento y piden una postura clara y contundente: "Necesitamos que se posicione de nuestro lado y que lo demuestre, que hablen con los vecinos y nos ayuden".

Cada año, reciben una dotación económica, pero la partida es insuficiente frente a los gastos reales, que cubren con donaciones y fondos propios: "Nos dan 20.000 euros, pero no llega porque hay que operar gatos, atender un atropello, un envenenamiento o hacer esterilizaciones", explica Chamorro, quien pide que esas partidas se conviertan en fijas y se incluyan en los presupuestos municipales.

En cinco años, los voluntarios han esterilizado cerca de 500 gatos y controlan 16 colonias: "Hacemos una labor social muy importante que no se está visibilizando. Con todo lo que estamos sufriendo nos gustaría que el Ayuntamiento manifestara su apoyo públicamente y quizás así la gente que maltrata a los animales se frene un poco".

Recuerdan que la gestión de las colonias felinas es problema de toda la sociedad y que su labor contribuye al control de su población y a evitar problemas de salubridad. Por ello, piden mayor concienciación y respeto en favor del bienestar de los gatos. "Solo queremos ayudar", insisten.

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