Opinión

La Semana Santa de Gijón: una cita muy consolidada

Ante el momento más importante del año

Ha pasado la Cuaresma, momento del año en que me paro a realizar un chequeo espiritual y de vida; es cuando hago un análisis de lo realizado durante el año y refresco mis objetivos vitales. Mis errores, que cada año aumentan; mis acciones y el resultado de las mismas, y si procede una corrección en mis objetivos. Es el momento más importante del año.

Y comienza la Semana Santa. Este año ya estrenamos la Medalla de Plata de la Villa, con la que nos ha reconocido la ciudad el esfuerzo realizado estos treinta años para recuperar la tradición en nuestro Gijón.

Éxito total del primer acto de Sábado de Pasión, con la lectura del pregón literario a cargo del insigne don Fernando González Landa. La brillantez del pregonero y sus reflexiones, en las que señaló la importancia de nuestros valores impregnados de humanismo cristiano, que ha llevado a Europa a ser la máxima referencia de convivencia, respeto y desarrollo en el mundo; y la importancia de la familia en la transmisión de nuestras referencias de vida. Pienso que dada la expectación creada y la elevada participación ciudadana en dicho pregón, no nos queda más que felicitarnos por nuestro gran acierto a la invitación realizada a don Fernando, con inicial resistencia a aceptar el reto y reconocimiento.

No me queda ninguna duda, que ya se ha convertido en un acto de referencia en nuestra ciudad., y de ello somos muy conscientes la Junta Mayor de Hermandades y Cofradías Penitenciales. Pretendemos que la designación del pregonero, comience por ser un reconocimiento de nuestra ciudad a personas destacadas por su vida y obras, pero igualmente por ser un ejemplo por sus valores cristianos.

Este año en el acto de presentación de la Semana Santa de Gijón en la Colegiata de San Juan Bautista, ya habíamos comenzado por reconocer a otro ilustre gijonés, al pintor Don Jesús Gallego, quien tan amablemente nos hizo el mejor cartel de la Semana Santa de España de este año, con un óleo de cofrades en el Campo Valdés de Gijón.

La presentación y el pregón de la Semana Santa de Gijón, entran ya con fuerza entre los actos anuales más importantes de nuestra querida ciudad.

Y va transcurriendo la gran Semana esquivando y sorteando las nubes cargadas de agua, con nuestros pasos conmemorando y recordando la pasión de Cristo. El Viernes Santo sacaremos a las calles la urna con el Yacente, y el sábado a primera hora de la mañana procesionaremos con nuestra Virgen de la Soledad hasta su capilla en Cimavilla.

El Domingo de Resurrección ya todo tiene sentido. La pasión y muerte de Cristo tiene un final feliz, el sentido de nuestra fe, su resurrección que igualmente y en su momento también nos espera a todos.

Y en nada finalizará nuestra Semana Santa de Gijón y nos tocará valorarla. Después de treinta años desde su recuperación, podemos adelantar que está consolidada. Nos queda afianzarla en nuestras "nuevas tradiciones", ya que el mundo es cambiante y nos obliga a una constante adaptación.

En Gijón se produce la especial circunstancia que somos dos hermandades y una cofradía penitencial, la Ilustre Hermandad de la Santa Vera Cruz, la Ilustre Hermandad de la Santa Misericordia, y la Ilustre Cofradía del Santo Sepulcro. Las tres salimos en procesión todos los días, lo cual se convierte en un esfuerzo para todos los cofrades. Además, un gran trabajo de coordinación entre las tres, ello nos convierte en "ser de la Semana Santa de Gijón".

Somos tres organizaciones distintas e independientes, con estatutos propios, y cada una con sus hábitos y características. No hay diferencia entre hermandad y cofradía, aunque en las hermandades quien lleva su presidencia es el "Hermano Mayor", y en el caso de mi cofradía es denominado "Maestre", y eso es debido a que la Cofradía del Santo Sepulcro está bajo la tutela de la Orden Militar y Religiosa del Santo Sepulcro de Jerusalén, y es la razón de esta denominación. Me disculpo por la aclaración ya que muchos de nuestros cofrades lo desconocen.

Este año, en la mañana del Domingo de Resurrección y frente a la Basílica del Sagrado Corazón, de donde saldremos al "Encuentro" en las cercanías del Campo Valdés, gritaremos todos juntos:

¡Cristo ha resucitado!

¡En verdad ha resucitado!.

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