Opinión

Juegos de guerra

No paro de pensar en el título de la película de 1983 a raíz de las noticias que, yo al menos, no sé si tomarme con miedo, con estupor, con reticencia, con certeza o con todo a la vez.

Era una niña cuando vi la película (por supuesto, en el cine) y todo lo que en ella salía parecía lejano e irreal, cómo que no iba a pasar nunca. Viví una infancia y una juventud en las que la ciencia ficción estaba de moda, el cine de los 80 y de los 90 está plagado de títulos que nos llevaban al espacio, que nos hacían conectar con extraterrestres o que nos hacían regresar al futuro. Así que el hecho de que un chaval, jugando con su ordenador y con videojuegos, consiguiese entrar en los sistemas de seguridad y defensa de los Estados Unidos y poco menos que desatar la III Guerra Mundial era como una anécdota tan irreal como improbable y ya ven ustedes… hoy nos encontramos con las instrucciones para hacer kits de supervivencia.

Casi todo el mundo pierde en una guerra sea del tipo que sea: cibernética, de precios, con armas al uso…al final, la inmensa mayoría de la población (por no hablar de los sectores más desfavorecidos) acabamos padeciendo las consecuencias terribles de todo lo que supone un enfrentamiento bélico.

Inevitablemente pienso que esta situación mundial actual debe encontrar en la educación su aliada fundamental si no queremos que la historia vuelva a repetirse como parece que está ocurriendo. Hay que despertar el pensamiento crítico, el análisis detallado, el interés más allá del "yo, mi, me", la responsabilidad y la memoria para que no se nos olvide todo lo que ya ha sucedido y de lo que parece que hemos aprendido poco.

No corramos el riesgo de quedarnos solo en la superficie porque hoy día hay tanta información y nos llega por tantos medios que es clave que seamos capaces de escuchar y no solo de oír y eso, para mí, se logra educando. Soy una utópica, debe ser eso.

Así que hoy cierro mi pequeña reflexión con unas palabras que, pese a no haberlas escrito, hago mías: "La muerte de cualquier hombre me disminuye, estoy ligado a la humanidad. Por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas: están doblando por ti".

Poco más que añadir.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents