González Landa alienta en el pregón de la Semana Santa de Gijón a "pasar el testigo" de los valores cristianos

El presidente del patronato de la Fundación del Hospital de Jove insta a vivir la época de Pasión con "orgullo" de "nuestras creencias y tradiciones"

En el atril, Fernando González Landa, con Javier Gómez Cuesta, ayer, en el pregón, en la iglesia de San Pedro.  | MARCOS LEÓN

En el atril, Fernando González Landa, con Javier Gómez Cuesta, ayer, en el pregón, en la iglesia de San Pedro. | MARCOS LEÓN

Gijón

"Lo importante aquí no es enriquecerse, sino tener esos valores, derechos humanos y dignidad de las personas que existen gracias al cristianismo". Y, especialmente, "pasar el testigo" de ellos a las generaciones venideras, tal como se tomaron previamente los antepasados. Como le enseñó su padre. Con estas palabras se condensa el mensaje que lanzó ayer el pregonero de la Semana Santa, Fernando González Landa, en la iglesia de San Pedro. El ingeniero y actual presidente del patronato de la Fundación del Hospital de Jove también llamó en su discurso a vivir la religiosidad "orgullosos" de "nuestras creencias y tradiciones".

Ese "canto", como Landa lo llamó, a la defensa de valores, principios y tradiciones, fue respaldado por los gijoneses, que abarrotaron el templo. Entre ellos, la alcaldesa, Carmen Moriyón, que acudió a la cita junto a la vicealcaldesa, la popular Ángela Pumariega, y otros miembros de la corporación local. El acto también contó con una amplia representación de las autoridades civiles y militares regionales y numerosos cofrades.

Landa, que bromeó de nuevo con su negativa inicial a pronunciar el discurso, inició la alocución por el principio de su vida. Contó que pertenece a una familia "profundamente religiosa" en la que su padre, médico de profesión, fue un referente moral. "La justicia, la verdad, la libertad, la honestidad, el amor, el respeto; eran pilares para apoyarse", recordó sobre las enseñanzas de su progenitor bajo la atención del párroco del templo, Javier Gómez Cuesta.

En la primera bancada, Carmen Moriyón, Ángela Pumariega, María Mitre y Jorge González-Palacios, al inicio de la ceremonia.

En la primera bancada, Carmen Moriyón, Ángela Pumariega, María Mitre y Jorge González-Palacios, al inicio de la ceremonia.

Juan Pablo II, su inspiración

El ingeniero elegido para pregonar en el 30º aniversario del resurgimiento de la Pascua en Gijón admitió que su fuente de inspiración para su exposición: el Papa Juan Pablo II, ya santificado. Su "Papa favorito" lanzó en 1982, durante su primera visita a España, un alegato desde "el amor" en el que pidió a "la vieja Europa" a "reencontrarse". "Reconstruye tu unidad espiritual, en un clima de pleno respeto a las otras religiones y a las genuinas libertades", parafraseó Landa. En este sentido, el pregonero afirmó que "vivimos tiempos difíciles, más laicos", donde "no se fomentan las creencias, sino que se atacan", explicó ayer en San Pedro González Landa.

Además de reconocer la labor de las cofradías, que trabajan con "generosidad" para recuperar tradiciones "enraizadas", Landa argumentó cuatro razones por las que la existencia y el impulso de las procesiones es necesaria: la rememoración de la muerte de Jesús de Nazaret, cuya existencia es un "hecho histórico de gran trascendencia"; celebrar una tradición que se remonta al siglo XVI; sus vertientes como manifestación cultural, ya que la cristiandad ha dado las "mejores" piezas artísticas, y por último su disfrute desde la libertad religiosa, corroborada por el interés cada vez mayor de los turistas.

El presidente de la Junta de Cofradías y Hermandades Penitenciales, Ignacio Alvargonzález, introdujo a los asistentes al pregonero. El también hermano mayor de la Santa Misericordia escoltó a Landa hasta el presbiterio, junto a sus homólogos de la Santa Vera Cruz, Juan Antonio Rodríguez-Pládano, y del Santo Sepulcro, Alejandro Vallaure al inicio del acto. Los dos últimos le entregaron al ingeniero al termino del pregón el medallón y el diploma que le acreditan como cofrade honorífico. El cierre lo puso la Coral Polifónica Gijonesa "Anselmo Solar", que ofreció un recital compuesto por siete piezas de corte litúrgico.

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