El auge de las pintadas en Gijón amenaza con triplicar el gasto por su limpieza hasta los 300.000 euros

l Los grafitis de la batería militar, ya eliminados | Emulsa ha intervenido este año en 4.400 metros cuadrados, el doble que en todo 2023

La batería militar baja de Cimavilla, ayer, ya desprovista de pintadas. | David Cabo

La batería militar baja de Cimavilla, ayer, ya desprovista de pintadas. | David Cabo

El auge de las pintadas y el incremento de las labores de limpieza para eliminarlas que ha impulsado Emulsa en el último año y medio apuntan con que el cierre de este 2024 se saldará con una gasto de más de 300.000 euros, lo que supondría triplicar el coste de estar intervenciones en 2023, que habían ascendido a 101.714 euros. En el marco de estas actuaciones, la última y más relevante ha sido la de la batería militar baja de Cimavilla, junto al skate park, que había sido vandalizada tras culminar su reciente remodelación. Ayer mismo, una dotación de Emulsa ya eliminó los daños.

Desde la empresa pública señalan que "con la llegada del nuevo equipo de gobierno se han incrementado sensiblemente las actuaciones para la eliminación de pintadas que se producen en el municipio de Gijón" y que estas actuaciones se han incrementado "especialmente" en el barrio de Cimavilla. Explican que, en lo que va de año, se han realizado ya 600 actuaciones para eliminar pintadas en edificios, paredes y mobiliario urbano, y precisan que esas tareas han supuesto 780 horas de trabajo para los equipos de limpieza de la plantilla de Emulsa.

Se ha actuado, por ahora, en 4.400 metros cuadrados de superficie para este tipo de tareas, lo que ya duplica a los datos de todo 2023, que se había saldado con 1.880 metros cuadrados limpiados. "Dado el aumento que hasta agosto se ha producido en estos trabajos se calcula que en 2024 los costes asociados superarán los 300.000", estiman desde la empresa.

La pasada primavera, Emulsa anunció un plan especial de limpieza de pintadas en el barrio Alto que buscaba implantar "las debidas condiciones de limpieza y ornato que merece este enclave histórico del casco urbano", que en aquel momento llevaba casi dos años sin una intervención integral. Explicó en su momento el gobierno local que este parón se debió que, de acuerdo a la ordenanza de higiene urbana, en abril de 2022 –en el anterior mandato– se dejó de actuar sobre espacios privados. Con el citado plan especial, lo que se hizo fue, por tanto, pedir a los propietarios de cada espacio vandalizado que enviasen una solicitud por escrito para permitir, de acuerdo a la ordenanza, su limpieza. Esa campaña se llevó a cabo en todo el barrio, pero a las seis semanas más de la mitad de las paredes y el mobiliario que se incluyeron en la actuación ya volvían a lucir algún grafiti. Esta reincidencia que obliga a repetir intervenciones de limpieza en los mismos espacios dispara, como es evidente, el coste.

En cuanto a la batería militar junto al skate park, una dotación de Emulsa se encargó ayer de eliminar las varias pintadas que lucía –tres de ellas eran especialmente grandes– en una actuación que, finalmente, tuvo que recurrir al repintado de las paredes. La batería acababa de ser remozada en el marco de un proyecto financiado con fondos europeos y que pretende hacer de este espacio un museo al aire libre sobre la historia militar del barrio Alto –se completará con un centro de interpretación en el Cerro– y en los pliegos del contrato se estimaba necesario aplicar un tratamiento antigrafitis que, parece, no se llegó a aplicar a tiempo. El museo, de hecho, ni siquiera pudo ser inaugurado aún formalmente, pero los vándalos aprovecharon el retiro de las vallas protectoras para actuar.

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