MANIFESTACIÓN FEMINISTA

Podemos marca perfil bajo en su 8M más difícil por el caso Monedero mientras Sumar busca pasar página tras soltar lastre con Errejón

El escándalo desfigura el papel de Podemos en esta cita, donde Irene Montero reaparecerá tras dos semanas esquivando las preguntas de la prensa

La eurodiputada Irene Montero y la secretaria general de Podemos y diputada, Ione Belarra, en un acto en Madrid.

La eurodiputada Irene Montero y la secretaria general de Podemos y diputada, Ione Belarra, en un acto en Madrid. / Jesús Hellín

Madrid

La izquierda afronta el 8M tras meses marcados por los casos de presunto acoso sexual entre sus filas. Sumar vivió en octubre la salida de su exportavoz parlamentario, Iñigo Errejón, tras las acusaciones por presunta agresión sexual, mientras Podemos todavía navega en la crisis abierta por el caso Monedero, tras conocerse que hubo dos denuncias internas por "violencia sexual" que el partido no investigó. Las estrategias de cara al día internacional de la mujer han sido diametralmente opuestas en ambos casos. Desde el clamoroso silencio de Podemos respecto a la cita, que contrasta con la gran movilización de movilizaciones anteriores, al intento de pasar página de Sumar, que tratado de exhibir normalidad, convocando actos previos sobre el 8M.

En el caso de Sumar, la crisis estalló el pasado octubre a raíz de unas denuncias anónimas que llevaron al cese fulminante de Errejón, que publicó una carta asegurando haber llegado "al límite de la contradicción entre la persona y el personaje". En las filas de Díaz no dudaron en condenar las conductas del diputado madrileño y llegaron a renegar de él públicamente, además de disculparse por los errores que se habían podido cometer. En los últimos días este asunto ha vuelto a emerger al calor del 8M, pero los primeros espadas de Sumar han sacado pecho de su actuación, reafirmando que lo dejaron caer y dando por amortizado el escándalo tras haber soltado lastre con la salida del exportavoz.

Después de toda la polémica, el socio minoritario del Gobierno busca a toda costa revestir la cita de normalidad, y ha hecho varias convocatorias en los últimos días en torno al feminismo, desde actos específicos con la plana mayor de dirigentes mujeres a ruedas de prensa en el Congreso para impulsar medidas en este sentido, como el blindaje del aborto en la Constitución. Este sábado, sus distintos portavoces parlamentarias acudirán a las manifestaciones de distintos lugares de España, incluida Yolanda Díaz, que acudirá a la movilización de la Comisión 8M, que tendrá lugar por la mañana y saldrá desde Atocha.

Silencio en Podemos

Muy distinto es el caso de Podemos, que a diferencia de Sumar tiene la crisis aún abierta, sólo dos semanas después de que salieran a relucir las denuncias contra su fundador por presunto acoso precisamente en la manifestación del 8M del año 2023. La reacción de los morados tampoco pudo ser más distinta a la de los magentas. Lejos de disculparse o asumir cualquier responsabilidad, la cúpula de Podemos defendió que "actuaron correctamente", sin atisbo de autocrítica alguna y atribuyendo las informaciones sobre este asunto a un intento de "atacar" al partido.

La inacción de la organización, que no abrió investigación interna y que mantuvo a Monedero no sólo como militante, sino como miembro de los chats de dirección, fueron justificadas desde un primer momento por Ione Belarra o Irene Montero, que se escudaron en que se había "respetado la voluntad de las víctimas", que no habían enviado su denuncia por los cauces formales pese a haber trasladado su denuncia directamente a la dirección.

Esta situación, en la que Podemos no admite ninguna tacha en la gestión de las denuncias, no sólo ha golpeado la línea de flotación del partido, tras quedar cuestionado su discurso feminista y la propia figura de Irene Montero, que se erigió como principal bandera de la causa y que en el momento de los hechos era ministra de Igualdad. También ha llevado a que el partido no logre zanjar la crisis, al no haber una actuación contundente tras conocerse los hechos, y sin haber ofrecido explicaciones convincentes sobre los motivos por los que Monedero continuó en el círculo de confianza de la cúpula morada.

Mientras en el caso de Errejón hubo un momento de inflexión con su salida, en el caso de Monedero no hay un punto y final. La herida está abierta y sigue supurando conforme se conocen las circunstancias de aquella denuncia, cuya víctima fue desatendida pero que fue empleada por la cúpula como "arma política" por el partido para neutralizar el apoyo del dirigente a la construcción de un frente amplio en Sumar, tal como desveló El Periódico de España, del grupo PRENSA IBÉRICA.

En un primer momento, Podemos aseguró que había "apartado" a Monedero al dejar de invitarle a participar en actos públicos, aunque dentro del partido hay quien atribuye esta retirada a las diferencias políticas, y no a las denuncias. Después de que el partido ligase su salida de primera línea a la denuncia por acoso sexual, Monedero envió una clara advertencia, retando a sus dirigentes a "aclarar" su salida y advirtiendo de "consecuencias" para quienes "traicionan la verdad por el poder".

Después de aquellas advertencias, Podemos decretó el silencio y evitó convocar las habituales ruedas de prensa de los martes en el Congreso, y este lunes su portavoz, Pablo Fernández, evitó responder a las cuestiones planteadas sobre este asunto. El silencio en los últimos días ha sido casi total, con el objetivo principal de salvar del desgaste a Irene Montero, una figura que queda especialmente comprometida por este caso, al defender como ministra de Igualdad que no hacía falta poner denuncia para recibir atención, mientras su partido sí exigió a la presunta víctima una denuncia formal.

La exministra de Igualdad estará en la primera manifestación convocada por la Comisión 8M y hará declaraciones a periodistas, rompiendo así dos semanas en las que ha esquivado las preguntas de la prensa. La única intervención de Montero en un acto específicamente feminista en las últimas semanas fue en una cita organizada por el grupo parlamentario The Left. Un encuentro que tuvo lugar en Bruselas, a más de mil kilómetros del escándalo Monedero.

El 'caso Monedero' desfigura a Podemos

El caso Monedero ha alterado drásticamente los planes habituales de Podemos en los días previos del 8M y ha desfigurado su papel en un día que siempre ha sido de especial relevancia en la formación. En esta ocasión, y después del escándalo, el partido ha pasado de puntillas por esta cita, que habitualmente tiene toda la atención del partido desde semanas antes.

A diferencia de otros años, en los que los morados organizan una serie de actos previos para llamar a la movilización, Podemos ha evitado estas semanas las referencias al Día Internacional de la Mujer, después de conocerse que ignoró los dos testimonios que alertaban sobre presuntas conductas de acoso sexual en el partido. Lo habitual en estas fechas es que el partido saque la bandera feminista y se prodigue en referencias a la causa. Pero de momento, la única convocatoria organizada por Podemos en torno a la cita feminista tuvo lugar un mes antes, el 8 de febrero, antes de que estallara el caso Monedero.

El partido celebró ese día unas jornadas tituladas "Rumbo al 8M", 'Orgullo Feminista, Esperanza Infinita'". Una vez que salieron a la luz las informaciones relativas a las denuncias internas sobre Monedero, el partido ha renunciado a organizar actos de corte feminista. Este ámbito sólo han salido a colación a preguntas de los periodistas. Tampoco en la rueda de prensa del lunes, que habitualmente se emplea para llamar a la manifestación, se trató la cita del 8M y el portavoz sólo confirmó que asistirían después de ser cuestionado específicamente.

Este viernes Ione Belarra, también habló sobre el 8M, también a preguntas de los periodistas, que le inquirieron por cómo afrontaban la cita feminista envueltos en el caso Monedero. La secretaria general de Podemos insistió en evitar cualquier autocrítica: "Estamos en el camino correcto, que es el camino de trabajar contra las violencias sexuales y asegurar, en concreto en Podemos, que este es un espacio seguro para todas las mujeres", defendió, en declaraciones en Sevilla, donde aprovechó para volver a defender que "hemos actuado cuando nadie miraba, que es cuando es difícil hacerlo, a diferencia de lo que nos tienen acostumbrados el resto de partidos políticos", señaló, en una referencia velada a Sumar, a quien tratan de desviar el foco estos días para reprochar que actuara una vez que estalló el caso.

El perfil bajo de Podemos en esta convocatoria contrasta con todas las ediciones anteriores desde la fundación del partido. Frente a los actos, vídeos y campañas en redes de otros años, el silencio ha sido atronador en esta ocasión por parte de la dirección estatal. Una previa muy descafeinada para el 8M más difícil desde su nacimiento.

Tracking Pixel Contents