Paxío da jabón a su lavadero: así cuidan las vecinas de la centenario inmueble

Las vecinas del pueblo cuidan de la centenaria pila de coladas, ahora evocación decorativa: "Lo utilizaban nuestra abuelas y nosotras nos bañábamos de niñas"

Por la izquierda, Socorro Ruiz, Conchi Losa y Clari Vázquez, limpiando el lavadero de Paxío.  | FIRMA

Por la izquierda, Socorro Ruiz, Conchi Losa y Clari Vázquez, limpiando el lavadero de Paxío. | FIRMA

Paxío (Mieres)

El valle del Caudal se revela desde Paxío en toda su amplitud, ofreciendo una panorámica casi pastoril de lo que fue una vega industrial ahora gastada. Desde Mieres, la atención hacia Paxío apunta principalmente a la piscina veraniega del pueblo, muy concurrida desde que hace ya dos décadas se convirtiera en la zona de baños más próxima al desecado casco urbano. Pero mucho antes de que este equipamiento recreativo fuera ni tan siquiera proyectado, los niños de los alrededores combatían el bochorno del estío zambulléndose en el amplio lavadero de la localidad. El pilón prestó servicio al pueblo durante muchas décadas, hasta que quedó como elemento decorativo, una reminiscencia estética de otra época. Las mujeres dejaron mucho tiempo atrás de hacer la colada en las ajadas pilas que estructuran el inmueble, aunque siguen acudiendo a limpiar, ahora, el propio lavadero.

"Nos gusta que esté limpio y si no nos encargamos nosotras nadie lo hará. Con el Ayuntamiento no podemos contar para esto, los jóvenes trabajan y los paisanos están ya mayores y tienen más cosas que hacer", explican con buen humor Conchi Losa, Clari Vázquez y Socorro Ruiz, guardianas del centenario lavadero de Paxío. Las tres son vecinas "de toda la vida" del pueblo y se sienten apegadas al inmueble, reformado hace varios años, pero cuyo interior mantiene todo su encanto añejo. "Este lavadero tiene mucho más de cien años. Ya lo usaban nuestras abuelas. Cuando éramos niñas veníamos a lavar la ropa e incluso nos bañamos en él durante los veranos", destaca Conchi Losa.

Las citadas vecinas de Paxío han asumido con una gustosa resignación la tarea de mantener acicalado el viejo lavadero. Estos primeros días de primavera se han enfrascado en la tarea. Cepillos en mano, han sacado lustre al inmueble "No soportamos que esté sucio, ya que por delante pasa mucha gente y es un poco la imagen del pueblo", apuntan. 

El lavadero de Paxío se encuentra justo delante de la piscina veraniega que gestiona la asociación de vecinos. "Está bien conservado, ya que fue rehabilitado hace unos años y se sustituyó el tejado", destaca Clari Vázquez. Se trata de un elemento decorativo que a los vecinos les evoca muchos recuerdos de tiempos aún recientes, pero muy distintos. "En Paxío había mucha actividad y estaba lleno de gente joven y de niños". Ahora, el pueblo destaca por su tranquilidad: "Ya no hay tantos jóvenes, pero las casas están muy cuidadas y en líneas generales la localidad está bastante guapa", señalan Conchi, Clari y Socorro.

Paxío asoma como una terraza en la ladera sur de monte Siana, a unos 4 kilómetros del casco urbano de Mieres. Actualmente cuenta con unas 40 viviendas habitadas. Las casas antiguas con corredor de madera se entremezclan con algunos chalés de más reciente construcción. Los vecinos sostienen que se trata de un buen lugar para vivir, aunque plantean reclamaciones. "Aquí uno de los problemas que tenemos es que el firme de las caleyas interiores está muy desgastado y, como hay mucha cuesta, se vuelve peligroso. Es fácil resbalar y caerse". Las vecinas piden al Ayuntamiento una actuación. "No lo podemos hacer todo nosotras", subrayan entre guiños de complicidad mientras acaban de adecentar el viejo lavadero.

La lavadero de Paxío forma parte de un amplia red de equipamientos de esta condición que han sobrevivido a los tiempos modernos, evitando acabar en ruinas gracias a actuaciones de rehabilitación. Un estudio del Ayuntamiento elevó en 2010 hasta 320 los lavaderos repartidos por la zona rural susceptibles de rehabilitación. Muchos de ellos han acabando en ruinas, pero otros forman parte del inventario patrimonial del concejo. En Turón destaca por ejemplo el de Villapendi, cuyo origen algunos sitúan en el siglo XVIII, aunque su actual estructura de carácter industrial cuenta justo con un siglo de antigüedad. Más vetusto es aún el de Carcarosa, que con su acceso a través de un arco de medio punto fue construido en 1920. También cuentan con algún tipo de protección los lavaderos de Ablaña, La Peña, Rozaes y Villandio.

En el caso del de Paxío son las propias vecinas del pueblo las que dan jabón y protegen este apreciado legado cultural.

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