La "desilusión" y el "abatimiento" se adueñan de las clausuradas pistas de Pajares

Usuarios, vecinos y empresarios tienden la mano al Principado para buscar que la estación de esquí supere su grave crisis: "Todo está cogido con pinzas"

Participantes en una reciente protesta, en la zona alta de la estación de Pajares. | LNE

Participantes en una reciente protesta, en la zona alta de la estación de Pajares. | LNE

Pajares (Lena)

La seguridad en entredicho con un jefe de explotación desaprobado por varios peritajes externos. Un director de baja tras "reventar" trabajando sin poder disfrutar de más de 500 días de descanso. Trabajadores a los que se les pide que asuman tareas a las que tuvieron previamente que renunciar tras ser denunciados por usurpación de funciones. Más de cincuenta cañones de nieve fuera de servicio por averías menores y falta de recambios. Un cierre en plena recta final de la campaña invernal y anulación de reservas hosteleras. Un complejo residencial sin luz pública ni saneamiento...

Pajares es una estación invernal que cuenta con una comunidad de agentes muy implicados en su funcionamiento. Los concesionarios de Valgrande, clubes de esquí, la asociación de vecinos del Brañillín y la Asociación de Turismo de la Montaña Central (Asturcentral) han hecho piña en plena crisis para solucionar los graves problemas que arrastra un complejo que acaba de estrenar una moderna telecabina tras casi 10 millones de inversión. Lo que deberían ser optimismo y entusiasmo ante un futuro ilusionante, se ha tornado en desanimo. Este diario ha solicitado a los portavoces de los citados colectivos que definan en pocas palabras el sentir que late en el entorno de Pajares actualmente. Las expresiones más repetidas fueron "Desilusión" y abatimiento". Piden al Principado "un esfuerzo" para reconducir la gestión y lograr que el complejo lenense "retome el rumbo".

"Todos los problemas que están aflorando no son culpa de nadie en concreto, sino de una desatención por parte de las administraciones que se prolonga desde hace muchos años. Aquí todo está cogido con pinzas", señalan los agentes de Pajares. Todas las partes implicadas dan por perdida la recta final de las campaña debido al forzado cierre ligado a la baja, al mismo tiempo, del director y del jefe de explotación, lo que ha dejado a la estación huérfana de un obligado controlador de seguridad. Ahora lo que preocupa es que también esté en peligro la campaña estival. "Todos estamos perdiendo mucho, pero también está en juego poder abrir en verano. La desestacionalización es muy importante de cara al futuro de Valgrande", destacan tanto hosteleros como esquiadores.

En medio de la actual crisis, empresarios, usuarios y vecinos se mantienen totalmente unidos y dispuestos a colaborar en busca de soluciones. En lo primero que hay un total consenso es en elogiar el compromiso del director con la estación. Javier Martínez solo recibe parabienes, sin una sola voz discordante entre los citados colectivos. "Ha demostrado capacidad y ganas de trabajar", remarcan. A partir de ahí, subrayan que no buscan pasar facturas ni provocar enfrentamientos. "El Principado puede contar con nosotros para trabajar conjuntamente con el objeto de que Pajares recupere su grandeza, algo que es totalmente factible si hay buena disposición". Usuarios y empresarios piden a la consejera, Vanessa Gutiérrez, que "intensifique el diálogo" para "dejar atrás la crispación" y "dar un nuevo impulso a Valgrande".

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