Este mítico bar de Cangas acaba de cumplir cuarenta años: "Me lo sigo pasando muy bien"

Guillermo Lastra abrió en marzo de 1985 un pub en pleno centro de la villa, que presume de clientela fiel

Guillermo Lastra en su negocio.

Guillermo Lastra en su negocio. / R. T. C.

Cangas del Narcea

"Lugar ideal para tomar unas copas, con buena música y buen ambiente". Es una de las muchas y buenas reseñas que se pueden leer en Google del bar Trasgu, un clásico de la noche canguesa que acaba de cumplir cuarenta años de historia. Y en todo este tiempo ha estado al pie del cañón su responsable, el cangués Guillermo Lastra. "Me pasó muy rápido este tiempo, parece que fue ayer, pero yo me lo sigo pasando muy bien", resume el hostelero.

Cuenta Lastra que en marzo de 1985, recién llegado del servicio militar y sin trabajo a la vista, se le ocurrió abrir este local en la angosta calle Burgos, en pleno casco antiguo cangués. "Me dio por abrir un bar y van cuarenta años", bromea, convertido ya en el pub más antiguo de Cangas, lugar de culto para muchos cangueses. "La verdad es que es difícil sobrevivir tantos años, pero tengo clientela fiel de muchos años", cuenta el cangués.

El Trasgu abre de lunes a sábado desde las siete de la tarde. "Por semana vienen los parroquianos de siempre y el jueves ya hay ambiente de profesores y gente del hospital. Cangas sigue siendo una plaza guapa para estar de fiesta, se pasa bien", señala el hostelero, que se ocupa del bar en solitario. "Es un sitio muy pequeño, así que lo hago yo todo", apunta.

Ambiente a las puertas del bar en la fiesta del aniversario.

Ambiente a las puertas del bar en la fiesta del aniversario. / Kilika Santa

El establecimiento es también la sede oficial del grupo de rock "Kilika Santa", en el que el propio Guillermo toca como bajista. La formación no faltó a la fiesta del cuarenta aniversario, que tuvo lugar el pasado viernes y que abarrotó este pequeño bar y su calle aledaña.

¿Qué música se puede escuchar en El Trasgu? "Ponemos pop y rock nacional, de siempre, aunque a veces dejo a la gente que ponga su música si se organizan bien", bromea Guillermo que da cuenta de los cambios registrados en estos cuarenta años. "De antes lo que más echo de menos es a la gente que ya no está", señala, contento de esta trayectoria.

Guillermo está a punto de cumplir 62 años, así que le quedan tres para poder jubilarse. "Me pregunta mucho la gente si me voy a jubilar, pero yo aquí me lo paso muy bien. Me gusta charlar, debatir...", señala el veterano hostelero.

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