Opinión | Foro del Noroeste | Construyendo puentes, creando futuro

La cara y la cruz de Castilla y León: de ser una potencia educativa y de energías verdes a tener una de las poblaciones más envejecidas y dispersas

Una radiografía de la comunidad con la vista puesta en el futuro y en Europa

Castilla y León en el Noroeste: un vistazo al futuro de Europa

Castilla y León en el Noroeste: un vistazo al futuro de Europa / Foro del Noroeste

Manuel Mostaza Barrios es politólogo y director de Asuntos Públicos de la agencia de consultoría y comunicación Atrevia

"Sería más fácil comenzar por la verdad", cantan los vallisoletanos de Siloé en una de sus mejores canciones. Atrapada en una imagen construida desde fuera a lo largo de la segunda mitad del siglo XX, y que enfatiza la emigración, lo rural y el despoblamiento, los datos muestran una realidad más compleja de lo que parece cuando uno mira a Castilla y León desde fuera. La modernidad no fue generosa con estas tierras, y la región sufrió mucho con el éxodo rural ocurrido durante gran parte del siglo XX. Ahora parece ciencia ficción, pero a finales del siglo XIX, Zamora tenía más habitantes que Guipúzcoa y Salamanca estaba más poblada que Vizcaya. 

Tampoco los orígenes de la Comunidad Autónoma fueron fáciles: Segovia entró en la región sin ningún entusiasmo por parte de sus élites y hubo de ser encajada mediante la Ley Orgánica 5/1983, por "razones de interés nacional". De igual manera, en la provincia de León, el leonesismo, minoritario, siempre ha tachado a la región como una construcción artificial (no como el Reino de León, que como todo el mundo sabe fue puesto directamente en la tierra por Dios nuestro Señor). Por eso, la articulación de una sociedad civil regional que no sea la suma de nueve provinciales sigue siendo una asignatura pendiente. La realidad de las comunidades limítrofes ha marcado también el desarrollo de la región durante estas décadas: si la parte oriental limita con algunas de las regiones más prósperas (Madrid) o privilegiadas (el País Vasco) de España, en el occidente, La Raya marca la frontera con menor nivel renta de Europa occidental.

Y, aun así, los datos, ciertamente muestran realidades incontrovertibles, muchas veces orillada por ese maldito refrán que cree, de verdad, que el buen paño en el arca se vende. Castilla y León tiene los mejores datos educativos de España, reflejo de una sociedad en la que valores que volverán a estar de moda, como el esfuerzo o la importancia del conocimiento, nunca han dejado de estar vigentes. Una inquietud que se refleja en los datos del EGM, un estudio que viene mostrando desde hace décadas que es una de las regiones con mayor índice de lectura de periódicos: por eso en muchos de los bares del Noroeste siempre hay periódicos.

Frente a la imagen de comunidad rural, la región acoge a la ciudad más poblada de todo el Noroeste, Valladolid; frente a esa imagen agraria, el peso de la industria en Castilla y León está cuatro puntos por encima de la media nacional, con un índice de producción industrial que el pasado mes de enero era muy superior, por ejemplo, al del País Vasco y al de Cataluña en términos relativos. Por no hablar de un absentismo laboral inferior a la media nacional y a varias de las regiones más ricas del país.

Pero la realidad también es compleja y claro que la situación no es idílica; hay que afrontar muchos problemas en el presente y hacer frente a las incertidumbres que nos trae el futuro. Sin una financiación que atienda al envejecimiento y a la dispersión de la población no va a ser sencillo articular mecanismos que permitan a la región y a todo el territorio competir en un mundo que está cambiando. La población de la región, como la de todo el Noroeste, está envejecida, una situación que no es mala por el exceso de mayores (bendita la sociedad en la que uno puede llegar a ser viejo) sino por la ausencia de niños. Generar oportunidades que permitan asentarse a la población joven o de mediana edad, evitando que se vean forzados a emigrar, o para favorecer el retorno de los que se fueron o el asentamiento de nuevos pobladores, es fundamental para la región.

Para ello, Castilla y León ha de aprovechar la disponibilidad de suelo, las magníficas comunicaciones –Segovia, Zamora y Valladolid tienen casi un puente ferroviario con Madrid cada día– y los buenos servicios públicos que se prestan sobre el territorio. Favorecer la rehabilitación de vivienda en el mundo rural o semiurbano y extender la conectividad sin barreras a toda la región harán mucho también por situar a las tierras de Castilla y León en el mapa de las oportunidades.

El empresario Peter Thiel, alemán emigrado de niño a California, fundador de Paypal con Elon Musk y asesor áulico del grupo de magnates que está revolucionando el mundo para bien y, parece que, sobre todo, para mal, sostiene que el mundo que llega "exige ideas nuevas y extrañas". Quizá llega el momento de pensar que si en una región más del 90% de la energía que se produce es renovable, eso ha de acarrear algún beneficio, bien en recibo, bien a la hora de poder atraer empresas industriales. Castilla y León es la comunidad que más potencia renovable aporta al conjunto de la red española, con unos datos que multiplican por cuatro la aportación catalana, casi por treinta la del País Vasco, y por más de cincuenta la de Madrid, por poner el ejemplo de regiones que consumen mucha más energía de la que son capaces de generar.

Ni el futuro está escrito en lado alguno, ni los estereotipos son inmunes al paso del tiempo. La vuelta a lo tangible y la necesidad de garantizar suministros en un mundo en el que la globalización podría llegar colapsar, puede abrir nuevas oportunidades a territorios y sociedades compactas y acostumbradas al trabajo duro y al esfuerzo callado. Se trata de una asignatura que exige mucho trabajo por parte de las administraciones, algunas de ellas infradotadas, pero es mejor ponerse a trabajar duro para cambiar la realidad, que quedarse a llorar por la leche derramada.

En cualquier caso, el presente y el futuro de Castilla y León en particular, y del Noroeste en general, no se puede desligar de nuestro contexto más cercano. Por eso, España y el conjunto de Europa harían bien en mirar con atención y cariño a la región. Lo que hoy ocurre en el Noroeste es una metáfora de cómo nos ven a los europeos desde fuera: envejecidos, desarmados y temerosos. Como creo que, para bien o para mal, somos la respuesta a muchas de las preguntas que se plantean sobre el futuro de Europa, está llegando el tiempo de cambiar la comodidad por la verdad. Y si, como sostiene Arcadi Espada, el periodismo es aquel "oficio que desbroza la verdad de la palabrería", los periódicos locales del Noroeste estarán aquí, caro lector, para contárselo. Con la verdad por delante.

Tracking Pixel Contents