La poeta que ha ganado el premio Jovellanos lo tiene claro: el mejor poema del mundo, el que ayuda a los refugiados

La escritora madrileña Vanesa Pérez-Sauquillo se lleva el galardón del Día de la Poesía y dona la dotación a la agencia de Naciones Unidas ACNUR

Vanesa Pérez-Sauquillo.

Vanesa Pérez-Sauquillo.

Chus Neira

Chus Neira

Oviedo

A Vanesa Pérez-Sauquillo (Madrid, 1978) se le rompió hace años un caleidoscopio cuando salía de su casa y aquellas estrellas desparramadas por el portal acabaron convirtiéndose, con los días y la falta de limpieza en el portal, en una compañía al regresar a casa. De esa anécdota nació su primer poemario, "Estrellas por la alfombra" y la convicción de que la poesía "no está sólo allá en lo alto para los que saben, también acompaña en lo cotidiano, en los momentos más bajos, está ahí siempre que lo necesites". No es solo retórica. Ayer Pérez-Sauquillo ganó el Premio Internacional de Poesía Jovellanos, "El Mejor Poema del Mundo", con una composición de falso arte menor (sus veinte versos esconden diez endecasílabos) y anunció a las pocas horas que donaría toda la dotación económica (2.000 euros) a la Agencia de la Onu para los refugiados, Acnur.

El mejor poema del mundo, ahora sí, tiene que ser "el que ayude a los que más lo necesitan, y tal como están las cosas…", explicaba la autora ayer desde su casa, en Madrid, a este periódico. Su nombre lo habían anunciado al mediodía tres miembros del jurado de este galardón que concede ediciones Nobel en el Día Mundial de la Poesía: la editora Ana de la Calle, la periodista Pilar Rubiera y la poeta Dalia Alonso. La madrileña, con una notable trayectoria como poeta pero también como autora de literatura infantil y juvenil y traductora, se impuso en una edición con 2188 participantes, casi la mitad de España pero también con mucha presencia de Argentina, Colombia o México. Que el premio venga desde Asturias tampoco le resulta extraño a la escritora, porque ya se hizo en una ocasión con el premio "Poesía de Serie B" de la Semana Negra.

Vanesa Pérez-Sauquillo

Por la izquierda, Pilar Rubiera, Ana de la Calle y Dalia Alonso. / LNE

En este caso, la idea de escribir "el mejor poema del mundo", contaba ayer Vanesa Pérez-Sauquillo, le llevó a jugar con la posibilidad de que ese título se lo merecería un poema con el que uno sueña, uno que está todavía por escribir. Bajo ese título, "Poema por escribir", elaboró una especie de inventario en el que caben todos los poemas posibles, los que riman (como el suyo, en asonante) y los que no, los elevados y los llanos, los atrevidos y los comedidos. Pero con la condición única de que "levanten las alas al final".

La noticia del premio en Asturias le llegó precisamente cuando celebraba el Día Mundial de la Poesía en Madrid, invitada en el Museo Thyssen en una lectura a cargo de 21 poetas por el 21 de marzo. Ella recitó delante de "Molino de agua en Gennep", de Van Gogh, versos de su último libro, "La sagrada tarea", donde reflexiona sobre "la responsabilidad que todos tenemos de devolver al mundo la luz que recibimos".

Poema por escribir

Muy de papiro

y muy de servilleta.

Tan de palacio

como de pajar.

Que tenga barro,

barrio y otras luces.

Y mucha rabia, amor,

derrota y paz.

Algo de lengua fuera

y de recato.

De gato y lluvia,

y ave sobre el mar.

Muy tuyo

y cada vez ya menos mío.

Cada palabra un juego

y paso atrás.

Que no rime o que rime,

nada importa,

si levanta las alas

al final.

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