Breve manual para fotografiar bien a un oso

Roberto Galán, guía de educación ambiental el Somiedo, explica los riesgos que puede conllevar la masificación en las actividades de avisamientos oseros

ASTURIANOS EN SOMIEDO: Roberto Galán

Julián Rus

Eduardo Lagar

Eduardo Lagar

Roberto Galán Carrillo, empresario de turismo de educación ambiental. Roberto Galán, de 33 años, acaba de montar su empresa, Natura Somiedo, que se dedica a la educación ambiental en el parque natural somedano. La actividad más demandada es el avistamiento de osos, que se ha convertido en un boom que ahora le tiene preocupado.

"Yo nací en un pueblito de Toledo y vine a Asturias hace nueve años. Desde entonces llevo intentando trabajar en la naturaleza. Estuve los primeros años en el Parque Natural de las Ubiñas y La Mesa, y trabajé de guía en Teverga, aunque ya venía mucho a Somiedo. Desde hace tres años ya estoy viviendo aquí de continuo. Llevo bastantes años viniendo a Asturias por la afición que tengo a la montaña y a la fauna salvaje. Cuando terminé la carrera, Ciencias Ambientales, necesitaba realizar unas prácticas y pude hacerlas aquí en tareas de conservación de osos".

"Este año monté mi empresa, Natura Somiedo. Hago desde rutas de montaña a observación de fauna. Mi idea es ofrecer también actividades fuera de la temporada. Obviamente, la observación del oso pardo es lo más demandado. Pero también hacemos la berrea y observación de aves. Ya desde la carrera estoy también muy vinculado a la botánica, especialmente a las orquídeas. Somiedo tiene una variedad y una riqueza tremenda. Más allá de la observación de fauna, para mí es importante que las actividades se centren en el conocimiento de la zona y su riqueza natural. Mi actividad es la educación ambiental, que no sólo es para niños, también para adultos".

"Veo que cada vez hay más gente que viene a hacer actividades relacionadas con el oso, pero les interesa únicamente conseguir una imagen. Es una pasada que en 2023, en una zona europea, tengas la oportunidad de ver osos en libertad. Por eso hay que informar a la gente y transmitirle el valor que tiene que los tengas ahí. Más allá de que luego los veas o los fotografíes. Es importante que se lleven algo de conocimiento sobre la especie y del problema de conservación que sigue teniendo, aunque su situación va mejorando. Es importante que se lleven un poco conocimiento sobre la especie para que así la valoren y la cuiden".

"Si hay más osos, por pura estadística, es más fácil verlos. Pero no hay más osos por casualidad. Hay más osos porque hubo personas que prácticamente dedicaron su vida a la conservación del oso y ahora se están viendo los frutos de ese trabajo. Por desgracia, hay mucha gente que sólo ve la foto y el publicarla. A ver quién lo hace antes o quién más cerca".

"En estos dos o tres últimos años, está cambiando mucho el perfil y el número de visitantes. Luego hay gente –no todos, claro– que intenta vender la imagen del oso como una atracción turística, como si esto fuera un parque de atracciones más que un parque natural. Hombre, yo creo que hay visitantes suficientes como para que quienes nos dedicamos al turismo en Somiedo podamos vivir de ello y creo que habría que empezar a gestionar esto de forma que, lo primero, sea compatible con la conservación del oso, como lo fue hasta ahora. Somiedo siempre fue un ejemplo de cómo se deben hacer las cosas".

"Y también que sea compatible con que haya gente viviendo en Somiedo. Esto no es un parque donde viven osos y no viva nadie más. Una de las cosas más importantes que se consiguieron con respecto al oso fue que la gente local lo aceptase. Y ahora estoy viendo que hay vecinos que están empezando a culpar al oso de que los turistas se metan en sus prados, de que les espanten el ganado, les corten el acceso a sus fincas y les generen molestias".

"Hace unos años se colocaron unas señales de tráfico para que se circulara con precaución porque podíamos cruzarnos con osos. Y este año aparecieron varios de esos carteles tachados con mensajes escritos como ‘Osos no’. Y eso no es por culpa del oso. El oso realmente no está causando más problemas de los que causaba hace 20 años. Aumentó el número de osos, pero no aumentó de forma significativa el número de daños a la ganadería o a la agricultura. La culpa no la tiene el oso por estar allí, la tiene la gente que hace malas prácticas. Eso se debe a la cantidad de personas que están viniendo a verlo y, sobre todo, de la manera en la que lo están haciendo: generando molestias no sólo a los osos sino también a los vecinos. Eso causa que la visión social de la que gozaba el oso se esté perdiendo y algunos empiecen a ver al oso como algo negativo más que positivo para la zona. Eso me tiene preocupado".

"A todos nos gusta ver osos y, cuando se puede, sacar una foto. Pero no hay que olvidar que lo primero es el respeto hacia el animal. No vale todo para sacar la foto. No hay ni que molestar al animal. Y a los vecinos tampoco. Eso es algo fundamental y va todo unido".

"Yo soy el primero que me dedico a esto y que obviamente, entre comillas, me puede venir bien que venga gente a ver osos. Pero creo que tiene que hacerse de la manera correcta. La gente que antes venía a ver osos sabía muy bien de qué iba la historia y no le tenías que explicar estas cosas. Eran los primeros que eran respetuosos con vecinos y con la especie".

"Todo eso que tanto se tardó en conseguir se puede perder en un momento. Hay quien está vendiendo la imagen de que el oso está muy recuperado, que ya se puede hacer cualquier cosa porque ya no los molestas. O que si molestas a uno, total, con todos los que hay… No. Es una especie que sigue teniendo problemas de conservación. Todavía queda mucho por hacer y hay que tomarlo con precaución. Pero hay quien se está subiendo al carro del oso ahora y lo vende como que esto está lleno de osos. Me pasó de llevar a clientes a hacer avistamientos, no verlos y que me pregunten que dónde está el oso porque piensan que están por todos lados. Yo me dedico a ello, estoy todos los días en el monte y muchas veces me cuesta ver a un oso".

"Pero es verdad que esa es la imagen que se quiere dar, porque es un atractivo para la zona. Además, las cámaras y los telescopios mejoraron mucho, bajaron mucho los precios. Y cualquiera que tenga un poco de interés se puede permitir uno. Yo, por ejemplo, nunca publico una imagen de un oso hasta que no pasan como mínimo 15 o 20 días, por si se puede reconocer la zona. Tampoco publico imágenes a corta distancia. Lo primero porque no tengo muchas y, luego, porque se puede crear una falsa impresión. Si sales un año todos los días a ver osos puede que un día tengas un golpe de suerte y lo veas de cerca, pero si tú cuelgas esa imagen la gente viene pensando que están aquí al lado de la carretera y no es así".

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