Pepín enseña el concejo que busca su sitio entre los dos "gigantes" de los Picos

Julián Rus
Pepín Díaz, Pepín el de Sirviella, replicó en 2004 en Onís una iniciativa que también se desarrolla en Cabrales con “La ruta del vino y el queso” de Asiegu. Él, con “La ruta de Pepín”, se autoempleó como pastor de turistas y convirtió su pueblo en un museo vivo donde explica los cómos y porqués del mundo rural
Francisco José Díaz Sánchez es “Pepín el de Sirviella”. Es uno de los personajes más conocidos de Onís. Desde 2004, guía cada año a miles de turistas por su pueblo. Es “La ruta de Pepín”, una clase magistral sobre la esencia del mundo rural asturiano. Hoy amplía su ruta y guía por todo el concejo de Onís”:
“Onís era uno de los últimos concejos de Asturias que vivía del sector primario y ahora ha cambiado al sector turístico, que se ha convertido en el principal activo del municipio. No es que tenga grandes infraestructuras, pero la proporción y la oferta que hay de alojamientos en relación con la población ––casas rurales, un camping con mucha capacidad y un hotel también con mucha capacidad– ha hecho que se haya convertido en un municipio cuyo gran activo sea el turismo y los servicios”.

Un "hórreo digitalizado" / Julián Rus
(De hecho, en el principal establecimiento hotelero del municipio cabría ya casi la mitad de la población del Onís, habitado por 729 personas. El concejo tiene, entre hoteles, casas rurales, hoteles rurales, apartamentos y camping 1.486 plazas de alojamiento.)
“Onís era un pequeño reducto entre los dos grandes concejos turísticos, entre Cangas Onís y Cabrales. La actividad era, básicamente, el sector primario. La principal renta provenía de la ganadería, que en los últimos años también ha cambiado. La ganadería extensiva, sobre todo la oveja y la cabra, ha bajado muchísimo. Por varios motivos. Uno, que esto se está despoblando y no hay gente que mantenga las ovejas. La población ha bajado casi doscientas personas de veinte años para acá. Ahora somos unos 729 vecinos. Tenemos una población envejecida, no hay relevo generacional. La ganadería ha girado a la ganadería estabulada en queserías dedicadas a hacer queso gamonéu. Esa fue la pequeña industria local que creció los últimos años, el gamonéu del valle. Hay una serie de familias, de gente joven, que tomó el relevo generacional de sus padres, qué hacían quesu en el monte, y ahora lo hacen en el valle, aunque en el puertu aún quedan cuatro productores. Dos de ellos jóvenes, por cierto. El gamonéu del valle es más práctico, más viable quizás económicamente y menos esclavo”.
(De la veintena de queserías acogidas a la denomación de origen protegida gamonéu, Onís tiene cuatro, una de ellas de un elaborador de la variedad del puertu. Un par de queserías más están en proceso de apertura)
“El gamonéu del valle digamos que está en pañales. Va a crecer bastante porque hay demanda. Es de los quesos con más potencial de Asturias. Hay mucha gente que lo está descubriendo en estos últimos años y también el cliente que llega ahora es un cliente mucho más informado, más sensible, que tiene más interés. Conocen ya muchas cosas. Cómo curiosidad te puedo decir que hace tiempo uno, en la ruta que hago en Sirviella, me preguntó por la sidra rosa. Le dije: pues ahí me has pillado. No sabía que existía la sidra rosa. Y es verdad que existe una sidra de color rosa con gas. Pues con el gamonéu pasa igual. Hay muchos que lo conocen. Al menos el tipo de cliente que yo recibo”.

Pepín el de Sirviella con su rebaño de ovejas, en Sirviella. / Eduardo Lagar | Fotografías: Julián Rus
“En estos últimos años de atrás fue el boom de los micromuseos como sabrás. De los centros de interpretación y tal. Onís no se salvó de esto tampoco. También se enterró bastante dinero en estas cosas. Nosotros tenemos el Centro de Interpetación del Quebrantahuesos, que funciona y lo gestiona la Fundación Quebrantahueso y ahí está. Bien. Es una actividad más del concejo. Y también el centro de la Fauna Glacial, en Avín. La gente del camping Picos de Europa lo ha activado y hacen visitas guiadas también muy interesantes a la cueva de los restos originales (la Peruyal, donde se pueden ver el esqueleto completo de una cría de rinoceronte de las praderas). Son visitas con grupos pequeños, pero muy interesantes. La gente que lo hace es muy buena. Y luego también hay otro museo que nunca abrió, el Aula de Interpretación del Gamonéu, que está en Demués. Ese no llegó a abrir nunca. Algo de equipamiento tiene, pero poco, cuatro cosas”.
“Onís forma parte del Parque Nacional pero digamos que tiene una entrada secreta a los Picos que se ha reivindicado en estos últimos tiempos. Pero ahora con más fuerza. Hay un proyecto ahí, que no sabemos si saldrá, para hacer rutas desde Onís de una manera sostenible. Sería la oportunidad de tener una entrada sostenible al Parque, sin masificaciones, sin caravanas... Sería entrar por Onís desde Demués hasta llegar donde el Parque lo permita. Yo entiendo que sería una ruta hasta un punto para después llegar a los Lagos caminando. Es una entrada muy guapa. Yo creo que sí Onís lo hace bien se puede diferenciar por ahí. Si se regula y se hace bien pues podría ser un acceso de alto standing”.
“Onís debe de ir por ahí. Por ser como es y estar donde está no puede competir en volumen, pero sí puede competir en calidad. Una entrada al Parque con calidad sería muy bueno para nosotros. Tú imagínate. Te encuentras a una familia que te dicen: es que hemos entrado al Parque, hemos llegado a los Lagos, no hemos visto caravanas, no había autobuses, no hemos subido con otros 20.000 turistas. Ha sido una ruta en la que íbamos 10, 20, 30 personas máximo. ¿Qué bien, no? Creo que ahí temeos un activo muy bueno hacer una entrada sostenible”.
(En el Plan de Sostenibilidad Turística del concejo se prevé un acceso al parque desde de Demués con vehículos no contaminantes, eléctricos, a través de la pista que accede a la Vega de las Mantegas. El Ayuntamiento apira a poder asfaltarla “al menos hasta las Mantegas”.)
“Aquí de momento, en el Oriente, nos estamos salvando por el turismo. La gente tiene ese extra: rehabilita dos o tres casas y las dedica a apartamentos rurales. Están vacíos, pero de los gestiona gente de aquí y el fin de semana están llenos. Todavía han sensación de vida, no parecen aún como esos pueblos del Oeste en los que no hay nadie. Además, tras la pandemia se han empezado a vender casas para rehabilitar. Por los menos, eso pasó el Sirviella. No sé si el alza del turismo que vimos en la pandemia, que fueron dos veranos gloriosos, ha venido para quedarse. Pero creo que fue una forma de que nos conociera gente que, de otra manera, no hubiera venido. Habrá mucha gente que repita. Yo creo que hay y habrá bastantes que descubrieron Asturias y que repetirán. ¿Vamos hacia un saturación? ¿Saturación en 30 días al año es eso saturación? Otra cosa es que haya bastante gente, eso sí. Saturación se detectan en 4 puntos, que son Los Lagos, la ruta del Cares, Covadonga y después Ribadesella, Llanes y Cangas. Punto. Estás en Cangas de Onís, pero sales a 10 km y ya no está saturado. Eso no es saturación”.

Sirviella / Julián Rus
Pepín del de Sirviella: “El cliente que llega ahora es más sensible que el que de antes. Es más consciente de lo que hay. Muchos se plantean dejar la ciudad y venir al mundo rural porque se han dado cuenta de que la ciudad ya no es la panacea. Trabajar en una multinacional y ganar 6.000 al mes ya no es ninguna panacea. La panacea es tener tiempo para estar con los críos, la panacea está en el tiempo para disfrutar de los amigos, disfrutar de lo que te gusta y eso se puede hacer con 1.500 euros. Un paisano me lo decía un día. Un paisano que llego aquí con un Tesla de esos que valen tan caros. Muy buena gente aquel hombre. Me decía: es que yo trabajo para poder pagar mi tiempo libre, para poder marchar 20 días al año si me apuras. Y, mientras trabajan tanto, los críos crecieron y no los criaron. Eso a la gente le duele mucho”.
“Hace 20 años, el campo estaba ahí, los del campo que éramos unos pringaos. Nos veían así. Decían: nosotros vivimos en la ciudad, que se gana mucha pasta. Pero ahora es otra visión, ya miran al campo como una forma de vida posible. Hay otro planteamiento. Por supuesto, sigue habiendo de todo. Habrá gente que aún nos vea como a los zulús”.
El festival del Gamonedo, el gran emblema de Onís
