"Me daban dos meses de vida; nací con fracturas y llevo más de cien": la resistencia de Laura, una avilesina con huesos de cristal que ya ha cumplido 47 años

Sufre osteogénesis imperfecta, una enfermedad que no tiene solución, y sueña con conocer algún día al cantante Dani Martín

VÍDEO: Así es vivir con una enfermedad rara: "Somos personas, no bichos raros"

J.A.

Myriam Mancisidor

Myriam Mancisidor

Avilés

A su madre le dijeron que apenas viviría unas semanas. Nada más lejos de la realidad.

Laura Llamazares cumplió 47 años el pasado 2 de abril y su cuerpo es pequeño, poco más que aquel que fue de bebé. Su vida es la historia de muchas fracturas: "Muchas más de cien", reconoce esta mujer de Avilés, del Carbayedo, que sufre osteogénesis imperfecta (OI), una enfermedad infrecuente conocida como "huesos de cristal", patología de origen genético.

Fue la primera paciente con esta enfermedad diagnosticada en el Hospital Universitario San Agustín, y la única hasta el momento con grado III, el más severo. Lo sabe bien la madre de Laura, Keti Pérez, que durante cuarenta años trabajó como enfermera en el complejo sanitario avilesino: "Cuando nació Laura nadie sabía nada de esta enfermedad. Ella ya nació con fracturas en una pierna", recuerda.

Laura hizo, pese a la fragilidad de sus huesos, una vida relativamente normal. Estudió en el colegio Palacio Valdés, muy cerca de su casa, y terminó Bachiller en el Instituto Número 5. "Tenía muchas amigas, de más joven salía mucho", recuerda. Siempre con su silla, y siempre con una sonrisa. Dicen los del Carbayedo que Laura "fue la cría más feliz del barrio". Su madre aprendió casi todo de la osteogénesis imperfecta: "Aprendí a tratarla, a curarla, a moverla, a ponerle escayolas cada vez que había una fractura…", apunta esta mujer vital y sonriente con los 74 ya cumplidos.

Laura, la resistencia de unos huesos de cristal

Laura, con sus amigas en el Villa: por la izquierda, Sonia Villalobos, Pili Vázquez, Laura y su madre, Keti, Eulalia Domínguez, Carmen Castellanos, Nancy Solar, Marta Castellanos y Juanita Solar (de pie). / Myriam Mancisidor

Su hija no tiene tratamiento. Nadie con "huesos de cristal" lo tiene. Su paliativo son pastillas contra el dolor. En algunos casos, los pacientes pasan por el quirófano, pero Laura no sabe qué es un bisturí. "El día que empiece con morfina…". Laura deja abiertos los puntos suspensivos. Día a día.

Su vida, marcada también por un ictus que a veces le dificulta el habla, pasa por tomar un "cafetín" con sus amigas en el Villa, en la avenida de Portugal, sitio de reunión en el que Laura recibe cariño y ánimo. "Es una luchadora", le dicen. "Muy valiente", también.

A Laura Llamazares le encanta la informática, y todo lo relacionado con las teclas: ordenador, móvil… También la música, sobre todo el pop. Junto a su madre ha estado en un montón de conciertos: Bon Jovi, La Oreja de Van Gogh… Pero tiene un sueño todavía por cumplir: a Laura le gustaría conocer a Dani Martín, su ídolo. "Es mi sueño", suspira.

Pero no es fácil cumplir esta meta, sobre todo porque para Laura no es conveniente viajar: "Un frenazo sin mayor importancia en un coche a Laura le supone una fractura", explica Keti Pérez, que tiene otro hijo que no sufre esta enfermedad que responde a una jugarreta genética aún sin investigar a fondo por el escaso número de afectados.

A primeros de marzo, Laura Llamazares estuvo en Oviedo, donde la Reina Letizia presidió y cerró el acto conmemorativo del Día Mundial de las Enfermedades Raras. "Me preguntó varias veces cómo estaba, me pareció muy agradable. Aunque es cierto que me habría gustado hablar más tiempo con ella y conocerla más", confiesa esta avilesina que ese día, en el Auditorio Príncipe Felipe, lloró. "Me emocioné mucho porque había gente muy enferma", dice desde su silla de ruedas acolchada. "Soy muy empática", añade casi como una justificación.

"Laura es una mujer maravillosa", agrega una vecina que le regala un abrazo suave. Laura responde con una sonrisa que nadie, ni la fragilidad de sus huesos, ha sido incapaz de arrebatarle. ¿Mañana? "Será otro día". Laura Llamazares es ejemplo de muchas cosas. Pero, sobre todo, de resistencia.

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