El Campoamor salva a La Regenta: las ovaciones se imponen a unos pocos abucheos en el estreno en Oviedo de la ópera basada en la novela de Clarín
Manchado y Valcárcel centran la novela de Clarín en la presión y el abuso colectivo a las mujeres

Vetusta arriba, y María Miró en el papel de Ana Ozores. / Luisma Murias

Lo peor que le podría haber pasado a "La Regenta" de Marisa Manchado y Amelia Valcárcel en su estreno en Oviedo hubiera sido pasar desapercibida. Ciento cuarenta años después de su publicación, el texto de Clarín –eso sí, cantado, seleccionado y puesto en escena– sigue encendiendo la polémica, reventando alguna costura y echando sal a las heridas de Vetusta. Para ser justos, la ópera logró más el favor del público que los abucheos –menos y dirigidos al tratamiento escénico– pero no dejó indiferente a nadie.
Que esta "Regenta" era otra cosa se podía percibir desde minutos antes del inicio de la obra, con una mujer a medio vestir dando tumbos por el escenario sin que apenas nadie en un abarrotado teatro Campoamor pareciera fijarse en ella. La aparición en escena, antes incluso de que se apagaran completamente las luces, del "corifeo" que durante casi toda la obra se instala en un nivel superior desde donde juzga y sentencia a la Regenta, propició una curiosa fusión a un lado y otro de la cuarta pared, a medida que las murmuraciones de los actores se integraron por momentos con las de los espectadores.
Todo enmudeció con los primeros acordes de Oviedo Filarmonía bajo las órdenes de Jordi Francés. El cuchicheo de Vetusta, en escena, se hizo evidente. Un pueblo insultando a una mujer. No hay en esta "Regenta" de Amelia Valcárcel ciudades durmiendo la siesta ni magistrales escudriñando el horizonte ni torre de la Catedral. No hay tiempo para eso. La obra centra el drama desde el principio y hasta el final en Ana Ozores y su condición de mujer objeto. Para su marido, para su confesor, para su burlador y para la ciudad.

Amelia Valcárcel (derecha) con Marisa Manchado y Bárbara Lluch al fondo. / Luisma Murias
María Miró estuvo a la altura del personaje, un papel muy exigente que la mantiene durante toda la función en escena, con constantes cambios de vestuario en los que es vestida y desvestida por las criadas al albur de las necesidades de unos y de otros, con ropas que evocan los conjuntos que se les ponen y se les quitan a las muñecas recortables, incidiendo en la infantilización del personaje principal.
Desde esos primeros compases al público ya le quedó claro la dinámica en la que se conduciría "La Regenta" de Manchado-Valcárzel y los derroteros escénicos por los que la concreta la dirección escénica de Bárbara Lluch. Todo en esta obra está encaminado a recrear e incrementar la presión social y el acoso al que se somete a una mujer a la que, como se apunta antes de empezar y después de que haya acabado, han precedido y sucederán otras víctimas.
El corrillo superior desde el que Vetusta mira todo el rato a la Regenta permite establecer también los otros planos y espacios donde hablan los personajes, la catedral del magistral Don Fermín de Pas, muy convincente en la piel y la voz de David Oller, o el casino de Vetusta, donde la figura de Álvaro Mesía, encarnado por Vicenç Esteve, se presenta como un depredador sexual con una caracterización que puede recordar al Valmont de "Las amistades peligrosas".
El vestuario de "La Regenta" juega en este sentido al despiste y abre un amplio abanico de registros, combinándose los trajes de época más o menos clariniana con otras anteriores y posteriores, como sucede con el papel de Obdulia, encarnado por María Rey-Joly, enfundada en falda de cuero negro y asomando liguero.
En la tarea de subrayar la presión y la cacería a la que Vetusta somete a la Regenta, la música de Marisa Manchado juega un papel primordial. Los cambios de registro, los largos glissandos, el uso de la percusión, los cierres disonantes ayudan a empujar la acción hacia la tragedia y la destrucción.

Canteli (de espaldas) con Severino García Vigón. / Luisma Murias
No es una ópera fácil para el público de zarzuela, y nada tiene que ver con los títulos habituales que se pueden ver en la temporada de Oviedo, pero la sensación final fue que las voces convencieron al público. Con largas ovaciones y algunos sonoros "¡brava!" dedicados principalmente a María Miró.
También fue muy aplaudida y recibió el favor del público de forma mayoritaria Amelia Valcárcel, autora de un libreto que selecciona aquellos pasajes de la novela de Clarín que permiten mantener vivo el esqueleto del drama y apoyar, como sucede en este caso, el drama de La Regenta como asunto principal.
Marisa Manchado también salió a saludar, en último lugar, sonriente y satisfecha del resultado, y solo Bárbara Lluch, pese a su acertada tensión entre la Vetusta que mira desde arriba y la Regenta que se arrastra encerrada abajo en una caja, recibió algún abucheo cuando salió a saludar.
Una veintena de espectadores abandonó el teatro entre protestas: "Falta de respeto"
El mayor rechazo que generó ayer "La Regenta" en el Campoamor se había vivido en el último acto, justo cuando Álvaro Mesía y Ana Ozores se entregan a la pasión sobre el único elemento escenográfico visible, un diván, entre sonoros jadeos y movimientos de cópula que incomodaron a una parte del auditorio. En ese momento varias personas abandonaron el teatro. En el exterior del Campoamor ese grupo, de unas veinte personas, tuvo tiempo a compartir su indignación ante una obra, señalaron, que era una "vergüenza" y una "falta de respeto" hacia la ciudad por su tono "soez".
Esa veintena de espectadores no estuvo presente en los saludos y el aplauso final, que a pesar de todas esas tensiones se prolongó lo suficiente como para concluir que el Campoamor salvó a esta "Regenta" y también a la Regenta, en tanto que del apoyo a la lectura hecha por las tres mujeres responsables de la adaptación –Valcárcel, Manchado y Lluch– se puede deducir una solidaridad con la víctima y un rechazo a las prácticas de cosificación y de caza y captura dirigidas contra la mujer presentes en Clarín y latentes todavía aquí y ahora.
Suscríbete para seguir leyendo
- El hombre que convivió con el cadáver de su madre en La Corredoria ya puede volver a la casa
- Ya investigan al pub de Oviedo de los polémicos chupitos con descargas eléctricas: 'No vamos a mirar para otro lado
- Nuevos nombres para San Mateo: Mikel Izal será una de las grandes estrellas de las fiestas con su concierto en la noche de los fuegos
- Un menor de Sograndio (Oviedo) huye tras reducir a un vigilante con un 'mataleón' durante una salida a la Senda del Oso
- El tratamiento dental hasta los 18 años será gratuito en Oviedo en 2026
- Rechazo municipal en Oviedo a la Ronda Norte de Puente: 'Sería una barrera entre la ciudad y el Naranco
- Cae en Oviedo el segundo premio de la Lotería Nacional, dotado con 12.000 euros por décimo
- Cae una red de venta de droga en Oviedo: Una pistola, más de dos kilos de hachís y cocaína