Opinión

Raras y raros

Algunas de las contradicciones de los políticos que acaban pagando los ciudadanos

No, no crean que me he convertido al cursirredundés, es que hablo de dos cosas. Como ustedes saben, el mundo ha cambiado en muchos aspectos en las últimas décadas: móviles, coches eléctricos, sistemas de comunicación y energía, armamento sofisticado, en general, exigen para su construcción materiales escasos en el mundo. En el último año, por otro, lado, se ha interrumpido la búsqueda y comercio pacíficos de esos materiales y hemos pasado a la necesidad de que los países se aseguren su provisión si quieren seguir sosteniendo los avances tecnológicos que ya poseemos y seguir avanzando en ellos.

Para garantizar la sostenibilidad de esos pertrechos y no depender de otros países, acaso rivales intratables o enemigos, la Unión Europea ha puesto en marcha una iniciativa, la Ley Europea de Materias Primas Fundamentales, para la búsqueda en el territorio comunitario de las llamadas "tierras raras o escasas", un total de 17 minerales que reciben en conjunto ese nombre. Siguiendo ese impulso el Gobierno español está tramitando un Plan de Acción de las Materias Primas Minerales para el periodo 2025-2029, cuya base fundamental es una prospección minera muy extensa en una parte amplia del territorio español en busca de esos minerales imprescindibles, llamados con frecuencia "críticos". El Plan, en principio, plantea esa exploración masiva en Galicia, parte de Andalucía, Castilla, León y Extremadura. Ahora bien, ni una palabra sobre Asturies.

Y, sin embargo, en Asturies hay indicios del 40% de estos materiales críticos, según Juan José Fernández, decano del Colegio de Ingenieros de Minas del Noroeste de España. ¿Por qué, en principio, Asturies no está incluida en ese proyecto de prospecciones? ¿Es una decisión fundada en razones técnicas? ¿Es que, como siempre, no se nos tiene en cuenta? ¿O es que nuestro Gobierno, el asturiano, no quiere "líos", y prefiere no saber nada de explotaciones mineras? Trazas de ello, las hay. Así, por ejemplo, IU ha pedido que se prohiban sondeos mineros en Peñamayor, como si fuese un territorio sacro, y vigila cualquier otra exploración que se haga en cualquier lugar, más bien con poca simpatía. Y ya, si hablásemos de las energías alternativas y sus almacenadores…, pero de ello, otro día.

Mientras tanto, el Consejero de Ordenación del Territorio acaba de anunciar solemnemente en la Xunta, que en mayo se pondrá en marcha el Consejo de la Agenda 2030 "para impulsar los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible en Asturias". Pues algunos de esos objetivos son imposibles sin muchas de las actuaciones a las que se vienen oponiendo el Consejero y su periferia.

Yo sé que todo eso da votos en un sector de la población, no solo entre quienes comulgan en la fe de lo que en todo momento se predique como de izquierdas, sino también, en general, entre la gente que ya tiene su empleo asegurado en la pensión, como se puede ver en las manifestaciones contra los sondeos o las explotaciones mineras.

Y, mientras tanto, nuestros jóvenes, los más preparados y los menos preparados, traspasan los puertos y las fronteras en busca de empleo y futuro.

Una sonrisina: IU se niega en redondo a subir el gasto en defensa, mientras Sumar se lo plantea "simpre que no sea belicista". (¿Valen los gomeros? Con Pedro Sánchez, igual cuela).

Otra sonrisina: Covadonga Tomé pide ser ella la presidenta de la comisión de investigación sobre la mina de Zarréu, "para evitar que la comisión se convierta en el circo que quiere la derecha".

Una lagrimina: El Gobierno de Sánchez acuerda con una empresa israelí la compra de balas para las pistolas de la guardia civil. Más tarde, se compromete don Pedro a no comprar material bélico a aquel país. El contrato, sin embargo, está en marcha, los socios de don Pedro, los de IU –no belicistas– y los de Sumar –"asegún"– se escandalizan. Don Pedro corre a rescindir el contrato de forma pública y solemne. ¿Problema? Ninguno. Solo que posiblemente nos quedemos sin las balas y tengamos que pagar 6,6 millones de euros por romper el contrato, o menos, pues es posible que ya se haya pagado la mitad en concepto de anticipo. ¿Problema? Ninguno. ¿Qué problema va a haber? El dinero no lo pagará ninguno de ellos, sino usted y yo, aunque, vaya usted a saber, con un mago como don Pedro, que hace aparecer de la nada 10.471 millones para Defensa, sin que ello implique "ni subir los impuestos ni disminuir el gasto social ni acudir a la deuda", todo es posible.

Decía yo que "una lagrimina" por nuestros bolsillos. Pero es posible, con esos antecedentes milagrosos, que esté equivocado, y que la pasta no salga de nuestra corexa, sino del aire. De modo que otra sonrisina.

¿Cómo dicen? ¿Dimitir alguien por todo esto? ¡Qué va, hombre! ¿A santo de qué? n

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents