El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, había llamado prácticamente a todos sus homólogos del mundo, desde Francia a Reino Unido, las Islas Barbados o el pequeño país africano de Eswatini. Faltaba España en esa lista de primeras conversaciones que ya se habían mantenido con más de sesenta países, la mayoría de la Unión Europea y la OTAN. La llamada se ha producido finalmente este miércoles, como ha anunciado el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, en su cuenta de X. "Excelente conversación con el Secretario de Estado norteamericano", ha dicho Albares. "Hemos abordado las relaciones España - Estados Unidos, la importancia del vínculo transatlántico y el diálogo y la cooperación en seguridad y comercio. También nuestros lazos con América Latina". Han conversado durante aproximadamente 30 minutos, según fuentes oficiales de Exteriores. La llamada, "de tono muy cordial", se produce en la víspera de la ministerial de la OTAN, que empieza este jueves. "Durante la misma, han abordado la relación bilateral entre España y EEUU, que incluye los contactos políticos, así como las relaciones económicas y comerciales y los flujos energéticos", añaden las mismas fuentes. "En este marco, el ministro Albares ha abordado los intereses de las empresas españolas, como Repsol. La conversación también ha girado en torno a la seguridad y el comercio euroatlántico, la situación en América Latina y las migraciones". La conversación se produce pocos días después de que Estados Unidos retirara a Repsol la licencia para explotar el petróleo venezolano, una histórica petición de la oposición venezolana. La empresa trabaja con el Gobierno de Estados Unidos para tratar de definir la nueva situación. En una llamada anterior, de la que no informó el Ministerio de Exteriores español pero sí la Secretaría de Estado de Estados Unidos, los número dos de cada departamento conversaron sobre la necesidad de que España aumente el gasto en defensa, lejos aún del 2% del PIB comprometido con la OTAN, entre otros asuntos. El contacto se produce horas antes de que se celebre en los jardines de la Casa Blanca un encuentro en el que Donald Trump anunciará una serie de aranceles globales y lanzará, con ellos, una guerra comercial con unas características que están por definir pero que mantienen en vilo a las bolsas y a la economía en general. Hasta ahora, las relaciones económicas con Estados Unidos se habían reforzado, tanto en el flujo de comercio de mercancías como en el de servicios y en las inversiones directas. España exporta por valor de unos 22.000 millones e importa por 29.000 millones. Hasta ahora, el ministro español trataba de eludir la cuestión de por qué Rubio le había dejado prácticamente para el final de su primera ronda de llamadas. Este mismo martes respondió a las preguntas de la prensa en Moncloa desviando la cuestión y recordando al hecho de que Rubio dio plantón a la jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, o a que Trump y Sánchez tuvieron una breve conversación telefónica tras la investidura del primero. Cuando Trump ganó las elecciones, tanto Pedro Sánchez como José Manuel Albares le felicitaron por su victoria. Optaban por la opción diplomática para lidiar con el gigante americano. Algo que contrastó frontalmente con Javier Milei, al cual obviaron darle la enhorabuena por su victoria y con quien más tarde se desataría un conflicto diplomático. Pero, tras los ataques de Elon Musk, asesor de Trump, a los líderes europeos, Sánchez comenzó a criticar a la "oligarquía tecnológica" que se había instalado en Washington y a alertar del peligro del auge de la ultraderecha global. Musk insultó directamente a los primeros ministros de Reino Unido o Alemania, pero no a Sánchez.