Opinión

Un San Juan de Dios anónimo

Hace justo una semana, el pasado lunes, 17 de febrero, estando ausentes, nos pillaba de sorpresa el fallecimiento de una persona muy querida por el colectivo de Bomberos de Gijón.

En la persona de Miguel Ángel Ferrero se daban tres formas de servir al prójimo, su carrera de funcionario con espíritu de Policía Local y posterior ingreso en el Cuerpo de Bomberos.

A esas dos disciplinas que tan de la mano van en el servicio público de Gijón, hay que añadir un compañerismo de alta calidad humana, digna de significar al estar Miguel Ángel Ferrero siempre dispuesto a cuidar a sus compañeros.

Las manos de Miguel Ángel Ferrero curaban los achaques con los que volvían de los incendios o rescates sus iguales, es decir, sanaba a los que cuidaban, muy propio de San Juan de Dios, aquel que dio su vida hasta el final pereciendo al rescatar un joven de las aguas del río Genil en Granada, que hasta el santo hizo de bombero rescatando del fuego a los enfermos del hospital.

Ahora que está tan próxima la fecha de celebración del patrono de las enfermeras y los bomberos, el día 8 de marzo, son las dos especialidades que Miguel Ángel Ferrero dispensó a lo largo de décadas sirviendo como funcionario velando por los gijoneses y cuidando a sus compañeros de fatigas.

Que su familia esté muy orgullosa de este nuestro San Juan anónimo. Descanse en paz.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents