El cronista oficial de Gijón, Luis Miguel Piñera, y el historiador Héctor Blanco han unido sus fuerzas para explicar en un libro que edita la Sociedad Cultural Gijonesa con apoyo municipal el urbanismo en Gijón entre 1931, año en el que se declaró la Segunda República, y 1937, año en el que las tropas franquistas tomaron Gijón. El libro centra gran parte de su contenido en la figura del aparejador Guillermo Rionda Menéndez, edil en representación de la UGT en la gestora que se hizo cargo del Ayuntamiento tras el estallido de la guerra civil, con Avelino González Mallada como Alcalde. Rionda fue quien gestionó de facto lo que hoy sería el área de Urbanismo, en un momento en el que se impulsaron derribos de edificios para ensanchar el Paseo del Muro, la cuesta de Begoña –lo que hoy es la avenida de La Constitución– o crear El Náutico y la Plaza del Instituto, entre otros. El libro se presenta el próximo miércoles a las siete de la tarde en la Antigua Escuela de Comercio. La idea inicial de realizar esta publicación partió de Piñera, quien recopiló trece artículos que Rionda publicó en cuatro periódicos de la época en los que "en plena guerra, al lado de las noticias de los bombardeos, explicaba con pedagogía los motivos de las actuaciones para modernizar la ciudad". Piñera logró localizar a las nietas de este militante del PSOE y la UGT que fue fusilado en 1938 y que antes de sus responsabilidades en el Ayuntamiento había sido el primer presidente del Colegio de Aparejadores de Asturias, además de profesor y director de la Escuela Técnica Superior de Trabajo de Gijón. Esos trece artículos, ampliamente comentados y explicados, se recogen en su integridad en el libro. Los derribos de edificaciones que permitieron, entre otras cosas, duplicar la anchura del paseo del Muro, fueron fruto de la oportunidad: "la cirugía urbana se realiza durante la guerra civil, porque entendieron perfectamente que era un momento excepcional. En octubre de 1936 piensan que la guerra va a acabar pronto y la va a ganar la República, pero tienen muy claro que el momento es excepcional. Estas intervenciones de cirugía urbana no se hacen iniciando un expediente de expropiación, indemnizaciones y demás que lleva años, sino que primero se ejecuta, derribas y cuando todo se normalice ya se procederá al abono de las indemnizaciones, que es lo que se hizo en la posguerra", señala Héctor Blanco, que apunta que esos ensanches eran demandas ciudadanas que llevaban "hasta medio siglo pidiéndose". La parte del libro que analiza el periodo previo, entre 1931 y 1936, bajo la alcaldía de Gil Fernández Barcia en la mayor parte de ese periodo, explica cómo se extendió la red de saneamiento y de abastecimiento de agua a la periferia de la ciudad y cómo algunas de las actuaciones que entonces se acometieron están teniendo repercusiones aún en el día de hoy: "La Pecuaria se compra durante la alcaldía de Barcia y hoy es fundamental para el desarrollo del Parque Científico y Tecnológico; la mayor promoción de vivienda pública de Gijón se está realizando en la parcela de Peritos, comprada durante la alcaldía de Barcia, como El Molinón, que lo compra en el año 1935 el Ayuntamiento", apunta Héctor Blanco. El 2 de julio de 1938, con 43 años, Guillermo Rionda fue fusilado por los franquistas. "Cuando lo fusilaron, como era tan conocido y un personaje popular en Gijón, la familia logró recuperar el cuerpo y enterrarlo en el nicho familiar en el cementerio del Suco, en vez de que acabara en una fosa común", apunta Piñera. La memoria de Guillermo Rionda Menéndez se honró en 2011 otorgándole su nombre a un parque en Montevil, ante la petición reiterada del abogado ovetense José María Fernández González, uno de los que procuró reivindicar su figura. El libro podrá adquirirse en la presentación y, posteriormente, en la Cultural Gijonesa y en las librerías Paradiso y La Buena Letra. También estará disponible en bibliotecas. Los autores han renunciado al cobro de cualquier tipo de derecho.