UNIVERSIDADes
A la Selectividad, sin móvil, con bolígrafo y las orejas a la vista
Unos 300.000 jóvenes están llamados a hacer la EBAU si quieren acceder a la Universidad

Un profesor explica a los alumnos las normas de la prueba. / Carme Ripolles
EFE
La Selectividad ya ha llegado y, además de intentar controlar los nervios, los alrededor de 300.000 jóvenes llamados a hacerla si quieren ir a la Universidad deben llevar bolígrafo, olvidarse del móvil o cualquier dispositivo electrónico similar y dejar las orejas despejadas para evitar sospechas.
Son algunas de las instrucciones dictadas desde las administraciones educativas de cada comunidad autónoma a los alumnos que opten a la conocida como Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU), que arranca este lunes en Castilla-La Mancha.
Los tribunales de las pruebas serán los encargados de constatar que las chicas y los chicos cumplen con las normas establecidas y, en caso de sospecha o "pillada in fraganti", adoptar las medidas pertinentes.
Un cero en la prueba, sanciones e, incluso, la anulación total de la EBAU son las consecuencias para los alumnos que quieran aprobar con ventajas.
Y es que a los estudiantes se les informa previamente de los materiales permitidos para el desarrollo de las pruebas.
"Los dispositivos portátiles tipo tableta, los asistentes digitales personales, los relojes, gafas, pulseras y cualquier otro objeto que tenga capacidad de enviar y recibir mensajes a través de una pantalla" están prohibidos, señalan las instrucciones de la Comisión Organizadora de la Evaluación para el acceso a la Universidad de la Comunidad de Madrid.
Las calculadoras, permitidas para las pruebas de Matemáticas, Química, Física y Economía de la Empresa no deben de tener la posibilidad de transmitir datos, ser programables, tener pantalla gráfica, resolución de ecuaciones, operaciones con matrices, cálculo de derivadas e integrales ni almacenamiento de datos alfanuméricos.
La Dirección General de Universidades de la Junta de Andalucía también dice que se considerará que "una persona está copiando" si se detecta "la tenencia de calculadoras, audífonos, teléfonos móviles u otros dispositivos electrónicos que sean programables, con capacidad para el almacenamiento de voz y datos o transmisión de los mismos".
Se recuerda que es el propio alumno el responsable de saber si su calculadora cumple o no los requisitos exigidos pues ha tenido "tiempo suficiente", es decir, todo el Bachillerato, para elegir la calculadora a usar.
A los estudiantes, que deben presentarse con el DNI, se les entrega al llegar unas etiquetas de códigos de barras con las que identificarán sus exámenes (las deben pegar aunque entreguen una prueba en blanco), especifica el Vicerrectorado de Estudiantes de la Universidad de Extremadura.
Los alumnos "no deben firmar ningún examen", añade.
Esas etiquetas serán la única identificación de los estudiantes, explica la Comisión Interuniversitaria de Galicia, y se trata de unos adhesivos "personales e intransferibles".
Esta Comisión subraya también la necesidad de que el alumnado "mantenga las orejas despejadas para la verificación de que no usan dispositivos auditivos no permitidos".
Los diccionarios de Latín y Griego se pueden utilizar en las pruebas correspondientes a estas asignaturas, aunque pueden ser revisados para que no haya ninguna anotación en ellos.
Asimismo, esta Comisión gallega avisa de que no se podrá abandonar el aula hasta pasados 30 minutos desde el comienzo de cada ejercicio.
Por otro lado, desayunar bien, llevar agua y algo sólido por si el tiempo de espera se alarga, y evitar los repasos de última hora en profundidad son algunas de las recomendaciones del profesor de Psicología de la Universidad San Pablo CEU, Fernando Miralles.
Según comenta este experto en una nota de su universidad, entre el 15 % y el 25 % de los estudiantes españoles presentan niveles muy elevados de ansiedad.
Aun siendo buenos estudiantes muchos no saben enfrentarse a exámenes tan importantes como la EBAU y sienten "irritabilidad, agresividad, susceptibilidad o mal humor, insomnio, malestar físico, aparición de pensamientos negativos, ganas de dejar los estudios, miedo al fracaso y a quedarse en blanco".
Miralles aconseja durante el examen leer bien las preguntas, calcular el tiempo, si no se está seguro de alguna palabra cambiarla por un sinónimo y, si entran los nervios, intentar parar y escribir en un folio 15 palabras que empiecen por la misma letra y volver en pocos minutos a estar concentrado.
Después, celebrar el fin del examen y pensar que lo normal es haber aprobado.
"Lo peor que puede pasar es suspenderlo y en un mes volverás a tener otra oportunidad con el mismo temario, el mismo tiempo para hacerlo y habrás podido repasar todo más despacio", concluye.
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