El XX Encuentro de encajeras de bolillos reunió ayer en el recinto ferial de Santullano (Mieres) a más de 700 aficionadas llegadas de toda España. Y aunque se trata de una actividad que sigue estando muy feminizada, un puñado de hombres se sumaron al certamen, en algunos casos, incluso, para subir el nivel. Miguel García empezó en la pandemia a practicar en su Salamanca natal y ahora ya es profesor. "Es un fenómeno", aseguran sus compañeras. Él reconoce que se le da bien esta laboriosa y difícil práctica textil, pero valora más lo que ha recibido a cambio de entregar su destreza. "Cuando me prejubilé caí en una depresión. Era una persona que trabajaba 10 o 12 horas al día y pensaba que a partir de ese momento podría disfrutar de la vida, pero me encontré sin saber qué hacer con tanto tiempo libre". Su mujer y su hermana practicaban el encaje de bolillos, y cuando quiso darse cuenta ya estaba perfeccionando el punto de cruz. "Casi diría que me salvo la vida", apunta ahora, irradiando felicidad, Miguel García. No es el único que pondera los beneficios del encaje de bolillos. En Mieres estuvieron ayer los integrantes de la asociación Ciudad de Oviedo, que de la mano de su directora, Rosa Estrella, han ganado recientemente un premio en el certamen que se organiza en Valladolid. "Con esta actividad crece mucho la autoestima, al ver que eres poco a poco capaz de hacer cosas que al principio te parecen muy difíciles", explica Gloria López, vicepresidente del colectivo. "Te da paz y te obliga a salir de casa, facilita hacer amistades". "Somos como una gran familia", destaca Estrella. El encaje de bolillos es una actividad artesanal que, en ciertos aspectos, se asemeja más al ajedrez que a una práctica puramente textil. "Cada patrón tiene una dificultad y se puede alcanzar un nivel de dificultad que incluso requiere de conocimientos matemáticos para su resolución, entrando en juego cálculos logarítmicos", apunta Laude Díaz, presidenta de la Asociación Cultural "Elbuenporqué", organizadora del evento. "El encaje favorece la memoria, al tener que memorizar los puntos, y es bueno para la artritis. Es como un deporte", subrayan, casi como una sola voz, las participantes en el certamen mierense. El público que visitó la muestra disfrutó de una exposición de la asociación belga Artofil. La comitiva desplazada a Mieres organizará diversas actividades, incluida la presentación de un libro de una de sus integrantes, Nadine Pauwels, habitual colaboradora de "Elbuenporqué".