Una fuerte granizada deja a San Pedro sin su procesión en Avilés: "Es muy duro"
La climatología obligó a suspender la salida de los pasos de Rivero a escasos minutos de dar comienzo

EN IMÁGENES: La lluvia y el granizo obligan a suspender la procesión de San Pedro de Rivero / Miki López
"¡Se ha suspendido! ¡La procesión se ha suspendido!". Este fue uno de los gritos más repetidos este martes en Rivero inmediatamente después de que se confirmase que la cofradía de San Pedro no iniciaría la procesión a causa de una descarga de granizo a escasos minutos de que diese comienzo.
El aviso cayó como un jarro de agua fría entre los miembros de la hermandad y los cientos de asistentes que abarrotaron los soportales de la calle en la que se ubica la capilla del Santo. "El año pasado el cielo nos respetó. En esta ocasión no ha querido que los pasos saliesen en procesión", lamentaron algunas de las personas que, paraguas en mano, enfilaban la calle en dirección a la plaza España. "San Pedro no se merece esto. Es un golpe muy duro, sobre todo para los pequeños, que estaban muy ilusionados", comentaban algunos asistentes y cofrades.
El diluvio hizo acto de presencia a las 20.40 horas, diez minutos más tarde de la hora a la que estaba programada la procesión. El riesgo de lluvia retrasó un inicio que no llegó a producirse. Con todos los cofrades, adultos y menores, listos en sus puestos para marchar, y con los pasos de San Pedro y del Cristo atado a la columna, el cielo se volvió gris y dejó caer con fuerza la lluvia y el granizo. Casi sin tiempo para reaccionar, los integrantes de la hermandad se protegieron bajo los soportales, que apenas permitían más inquilinos. "Se suspende la procesión. Todos a cambiarse", exclamaron los miembros de la directiva, cuyo hermano mayor, Carlos Mora, comenzó a avisar a todos los cofrades, a quienes citó en la iglesia de San Nicolás de Bari para seguir desde allí el sermón del Martes Santo.
La procesión estaba fijada para las 20.30 horas. Una hora antes de la hora, Rivero ya comenzaba a acoger numerosos curiosos y fieles, que se ubicaban bajo los soportales aledaños a la capilla para resguardarse del aguacero. "Esto es así todos los años, entra dentro de lo previsto. Estamos tranquilos porque a las ocho está previsto que acabe la lluvia", auguraba Mora, quien había estudiado el radar meteorológico, el cual aplacó el miedo a una posible inclemencia del tiempo que finalmente sí echó a perder la procesión de "los rapacinos", como son conocidos por la gran presencia de niños en esta cofradía.
"Esto deja un muy mal sabor de boca. Todos los niños querían salir y, al final, nada. Se han quedado con la miel en los labios", lamentaron algunos cofrades mientras se retiraban los hábitos "empapados". "Si nos hubiese pillado ya en marcha, seguramente no habríamos parado. Una vez metidos en faena, da igual mojarse un poco más o un poco menos", abundaron otros integrantes.
Con el paso de los minutos, el rojo de los hábitos de la hermandad de San Pedro fue desapareciendo y los paraguas abiertos colmaban Rivero en manos de los asistentes, muchos emocionados por una cancelación que dejó "vacío" el Martes Santo.
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