¿Qué hace Asturiana de Zinc (Azsa) con los residuos de su proceso de producción en la fábrica de San Juan Nieva? ¿Son contaminantes? ¿Qué medidas aplica para "deshacerse" de ellos? La respuesta está en la propia instalación industrial, en el proceso de reducción de la jarosita al jarofix, y en la cantera propiedad de Acciona en El Estrellín. Ambas compañías trabajan prácticamente de la mano, una excavando y la otra rellenando y regenerando el terreno con vegetación y arbolado. La compañía del grupo Glencore lleva invertidos más de 150 millones de euros en los últimos 24 años. LA NUEVA ESPAÑA ha visitado la cantera de Acciona y el depósito de jarofix de Azsa, guiada por José Manuel Palacio, responsable de Medio Ambiente de Azsa; Rodrigo Rodríguez, responsable de Comunicación y Responsabilidad Social Corporativa de la compañía, y Roberto Andrés Martínez, director facultativo de la cantera de El Estrellín, de Acciona. La gestión de la jarosita, el principal residuo del proceso de fabricación, es el eterno problema de la industria del zinc. Tanto es así, que aún no se ha conseguido desarrollar ninguna tecnología con la que sea posible recuperar el hierro y otros metales de forma sostenible, explica José Manuel Palacio. Ante esta situación, Asturiana de Zinc aplica la que se considera la mejor técnica disponible (MTD) según la Comisión Europea, para tratar el residuo de la jarosita y transformarlo en jarofix. Es más, ha sido la primera fábrica europea en aplicar esta tecnología. Para entender todo el proceso hay que viajar en el tiempo, concretamente al siglo pasado, a finales de 1995. Asturiana de Zinc ya tiene clausuradas dos balsas en las que deposita la jarosita y tiene que empezar a usar la tercera y última con la que puede contar cerca de la fábrica. No hay sitio para más. Esto obliga a la compañía a tener que buscar espacio para un futuro almacenamiento, y la suerte le acompañó: la cantera de El Estrellín, propiedad de Acciona (antes denominada Entrecanales y Cubiertas), parecía el lugar con más opciones y estaba a solo nueve kilómetros de la planta industrial. En mayo de 1998 ambas compañías firmaron el contrato por el que Azsa podía depositar sus residuos en la cantera. Unos meses después, en octubre de 1996, José Manuel Palacio viajó con un compañero a un congreso en Ottawa (Canadá), y allí escucharon por primera vez hablar del jarofix. Noranda, propietaria de la fábrica CEZinc (actualmente propiedad de Glencore), presentó un material resultante de mezclar jarosita y cemento, que lo dotaba de una estructura muy resistente y reducía el potencial de contaminación. Azsa consiguió firmar en octubre de 1999 el acuerdo de transferencia de tecnología con la compañía Noranda, la que había presentado su innovación en Otawa. De inmediato, se puso en marcha la maquinaria para obtener la autorización que permitiera despositar el residuo de jarofix . Pero no es hasta mayo de 2000 cuando Asturiana de Zinc consigue la Declaración de Impacto Ambiental (DIA). El primer camión con jarofix llegó a la cantera de El Estrellín en agosto de 2001, y fue a partir de 2002 cuando ya se empezó a trasladar el nuevo residuo de forma continuada desde la planta de San Juan de Nieva. En la actualidad hay 13 millones de toneladas de jarofix depositados. Cada día los camiones realizan una media de 80 viajes, que transportan unas 1.500 toneladas diarias. "En todos estos años, solo ha habido dos accidentes", afirma con orgullo Palacio. ¿Qué es el jarofix? La jarosita es el principal residuo del proceso de fabricación del zic, y se forma durante una etapa del proceso en que es necesario eliminar el hierro que viene con los concentrados de zinc. El jarofix se forma cuando la jarosita, una vez filtrada y lavada, se mezcla con un 1% de cal y entre un 12 y un 13% de cemento. "Lo que resulta es un material sólido, física y químicamente estable y resistente. Su aspecto es similar al de una arcilla. No huele, no emite gases, resiste bien la acción del viento debido a su humedad y no fluye porque no es pastoso debido a su resistencia. No genera vertidos de agua, con excepción del agua de lluvia que cae sobre él, que es recogida mediante cunetas y se decanta antes de su envío al río", resume el responsable de Medio Ambiente de Azsa. Los miles de metros cuadrados que se genera con la actividad extractiva de Acciona en su cantera de El Estrellín dejaría el relieve completamente alterado. El relleno con jarofix permite que el plan de restauración y clausura de la explotación le devuelva la imagen que tenía a mediados del siglo pasado. La cantera está totalmente impermeabilizada con una lámina de polietileno de alta densidad, y un sistema de drenaje conduce el agua de la lluvia a unas balsas de decantación para retirar los sólidos que se puedan arrastrar y así derivar el agua a la ría. Es más, el material de desecho resultante del proceso de triturado de los materiales extraídos de la cantera, se extiende por los bordes del depósito de jarofix a modo de protección. Una vez impermeabilizado el jarofix, se coloca tierra vegetal y se procede a la plantación de especies arbustivas y arbóreas. Entre las cotas 70 y 90 ya hay más de 1.500 plantones de árboles de cinco especies distintas, como laurel, roble y fresno. La cantera El actual depósito en la cantera de El Estrellín podrá seguir recibiendo jarofix hasta finales de 2026 o principios de 2027, y Asturiana de Zinc ya trabaja para conseguir autorización que le permita una ampliación de entre 8 y 10 años. Acciona ya tiene previsto mantener su actividad futura en otros frentes de El Estrellín, que en el futuro también podrá utilizar Azsa como nuevos depósitos.