El conjunto de mascarones que decoran la fuente que acompaña a estas líneas fue un regalo de Avilés –siendo alcalde Santiago Rodríguez Vega– a la ciudad de San Agustín. Las máscaras son reproducciones de las seis caras que sirven como caños de agua para la fuente de San Francisco en Avilés, construida en el siglo XVI como parte de un proyecto de obra pública para canalizar agua hacia la ciudad. A este lado del Atlántico, los caños de San Francisco son uno de los monumentos históricos locales más famosos, situados entre el palacio de Ferrera y la iglesia de San Nicolás de Bari.