La campaña electoral para la presidencia de la patronal FADE, cuya votación tendrá lugar el 11 de abril, comienza mañana con un clima cada vez más crispado entre los dos candidatos: la presidenta en funciones, María Calvo, y el empresario José Manuel Ferreira. Si bien en las últimas semanas el tono verbal había ido elevándose poco a poco, ayer se subió un escalón con la acusación realizada desde el equipo de Ferreira de un "pacto oscuro" de Calvo con las dos asociaciones con más poder de voto: CAC-Asprocon (construcción) y Femetal. El candidato, vicepresidente de la Cámara de Comercio de Oviedo, acusó a la gijonesa de emplear métodos "escasamente democráticos". Así, aseguró que en el censo electoral aparece 46 veces el nombre del presidente de CAC-Asprocon, Joel García (por cada uno de los 46 vocales que la asociación constructora tiene en los comicios de FADE), y 25 el de Antonio Fernández-Escandón, presidente de Femetal, con el supuesto mismo propósito de "quitar la voz y el voto a sus empresas asociadas". La candidatura de Calvo calificó estas acusaciones de "insinuaciones sin base" y "ataques personales". "FADE cuenta con un código ético claro, aprobado desde hace años, que exige evitar cualquier conducta que pueda dañar la reputación de la organización. Parece que el señor Ferreira lo desconoce", reprochó la gijonesa, que tildó la conducta de su rival de "profundamente irresponsable".