Gutiérrez de Terán explica el nacimiento de uno de los emblemas turísticos de Asturias: "Cudillero tenía potencial pero no actividad económica"
El exconsejero de Ordenación desgrana en el Ridea el plan piloto que permitió rehabilitar el pueblo, ampliar el puerto y crear una nueva carretera de acceso

Javier Junceda y Arturo Gutiérrez de Terán, durante la conferencia, ayer, en el Ridea. | A. G.-O.
El arquitecto urbanista Arturo Gutiérrez de Terán Menéndez-Castañedo realizó ayer un viaje al pasado más reciente de Cudillero para desgranar, en una conferencia en el Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA), cómo se desarrolló el plan piloto que permitió convertir a la localidad en uno de los polos turísticos más representativos de la región. "En aquellos años se hablaba mucho de turismo, pero no se sabía qué podía ofrecer Asturias", recordó quien ejerciera como consejero de Ordenación del Territorio, Vivienda y Medio Ambiente en la década de 1980. Se tomaron entonces dos decisiones importantes, una restaurar la rectoral de Taramundi para convertirla en hotel y otra rehabilitar Cudillero.
La actuación, pionera donde las haya, consistió en elegir un lugar "que tuviera algo que enseñar, que fueran interesante", para sacarle su máximo potencial, impulsando la coordinación de todas las áreas del Gobierno regional (y al frente de todas la que dirigía Gutiérrez de Terán) y la colaboración con el Ayuntamiento. Una "experiencia única" que permitió ejecutar la ampliación del puerto, la construcción del nuevo acceso a la localidad, varias instalaciones deportivas y la rehabilitación, "casa por casa", del casco urbano.
"Cudillero era, y es, una villa espléndida, pero estaba mal desde el punto de vista económico. Había que ponerlo en buenas condiciones y no bastaba con pintar, había que generar nueva actividad económica", explicó. Esa actividad estuvo centrada, principalmente, en hotelería y hostelería. "No había hoteles, había pensiones. Baretos, pero no restaurantes. El cambio fue mayúsculo", aseguró el arquitecto.
La intervención fue financiada en su totalidad por el Principado, teniendo en cuenta que en aquella época "no habían llegado los fondos europeos". Por eso "fue una actuación piloto en un lugar pequeño. Queríamos ver si funcionaba y si éramos capaces de gestionar el trabajo de distintas áreas". Y lo fueron. El desarrollo del plan comenzó en 1984 y se extendió hasta los años 2000 a través de diversas actuaciones.
"Fue difícil, pero la colaboración público-privada fue esencial". El primer alcalde al que Gutiérrez de Terán trasladó el proyecto no se lo creía, el segundo tuvo menos dudas, pero ambos colaboraron desde el primer momento para conseguir que se hiciese realidad. Tanto es así, que el Principado no necesitó realizar ninguna expropiación para poder ejecutar las obras. "La administración municipal convenció a los vecinos para no tener que ir a la expropiación, algo que a mi juicio es un mal camino. Y no fue fácil, porque hubo que rehacer todos los saneamientos para modernizar la villa", recordó.
Afortunadamente, "cuando los particulares vieron que sus calles se mejoraban, que las infraestructuras de abastecimiento llegaban, que iban a tener agua y alcantarillado…" se volcaron con el proyecto. Por eso a lo largo de su intervención, el arquitecto incidió ayer más de una vez en la importancia de "generar infraestructuras adecuadas" y dar las ayudas necesarias para incentivar a la ciudadanía en la recuperación urbana.
Desde la actuación han pasado casi cuarenta años, e incomprensiblemente para Gutiérrez de Terán, no se ha vuelto a ejecutar en la región una intervención de esas características. Sí se han puesto en marcha proyectos similares, como los denominados PERI (Plan Especial de Reforma Interior), aunque ninguno tan ambicioso. "No he visto cundir el efecto, que surgiese alguna iniciativa similar. Me da cierta rabia como asturiano que no nos coordinemos entre nosotros y entre las distintas administraciones", reconoció el ponente.
En su opinión, "cuando hay ideas claras, objetivos a alcanzar y ciertos medios, al menos el cerebro", las actuaciones acaban saliendo adelante. La pregunta por tanto es: ¿no hay más Cudilleros en Asturias dónde poder desarrollar una intervención similar? "No todo el mundo ve lo que yo veo, aunque lo miremos igual. La idea es tratar de trasmitirlo al resto y conseguir el acuerdo. Además yo creo que vendría más rodado. El de Cudillero era un plan piloto, no se tiene que hacer del mismo modo. Ahora hay fondos europeos, antes estábamos muy pobres. ", señaló.
Gutiérrez de Terán estuvo arropado en la conferencia por Javier Junceda Moreno, presidente de la Comisión de Derecho, Ciencias Sociales y Económicas y miembro del RIDEA, para quien el éxito del proyecto estuvo en que "Cudillero reúne condiciones para vivir sola sin controles administrativos una vez llevada a cabo la actuación. La cuestión es poner este tipo de herramientas en localidades que no tengan los requisitos turísticos que tenía Cudillero". Entre los numerosos asistentes que siguieron la ponencia, estuvo Marcos Niño, actual director general de Reto Demográfico.
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