Hablan varios asturianos que estuvieron en Roma durante el funeral del Papa: "Era muy querido, la gente estaba superafectada"
"El de Francisco ha sido el más emocionante", afirma la ovetense que asistió al funeral de tres pontífices
Los asistentes a la ceremonia, conscientes de haber vivido un "acontecimiento histórico"

El funeral del papa Francisco, en imágenes. / MASSIMO PERCOSSI / EFE

La ovetense María Antonia Fernández Pérez, asistente de la embajada de Guatemala ante la Santa Sede, presenció ayer el funeral de Francisco desde la zona reservada al cuerpo diplomático. Desde allí pudo ver a los reyes de España, asistió al primer aplauso de la multitud a la llegada de un jefe de Estado, que fue para el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, y percibió la frialdad y el silencio con el que fue recibido el líder estadounidense, Donald Trump. Supo también del imprevisto encuentro entre ambos dirigentes, en el interior de la basílica de San Pedro. "El Papa, que tanto tiempo llevaba pidiéndolo, lo consiguió al final, ha tenido que morirse para lograrlo, ha sido su último éxito; ya veremos si sirve para algo", reflexionó sobre ese inesperado momento.
María Antonia Fernández es una de las asturianas residentes o de paso por Roma que en estos últimos días, ayer y desde el fallecimiento del Papa en la mañana del lunes de Pascua, han vivido este acontecimiento histórico de forma muy cercana. La asturiana asistió en su día a los funerales de los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI. El de Francisco, sin embargo, ha sido para ella "el más emocionante, aunque", matizaba ayer, apenas acabada la ceremonia y mientras hacía cola en el automóvil esperando salir de San Pedro, "es solo una impresión personal". "Yo me he sentido más identificada", aclaraba.

"El de Francisco ha sido el más emocionante", afirma la ovetense que asistió al funeral de tres pontífices / LNE
"La gente ha estado muy participativa", contó, "aplaudiendo la homilía del cardenal Giovanni Battista Re. El primer aplauso fue cuando habló de la primera visita del Papa a la isla de Lampedusa y a partir de ahí se fueron sucediendo uno tras otro: cuando hablaba de su lucha por la paz, por la gente, por el medio ambiente… La gente aplaudía", relató.
Noche al raso
La ovetense comentó que muchos durmieron la noche del viernes a la intemperie, en el Puente Sant’ Angelo, para asegurarse el acceso por la mañana al Vaticano. La delegación guatemalteca, de la que ella formaba parte, tomó asiento en el emplazamiento que tenía reservado en el funeral hacia las 8.15 horas. "La llegada fue más sencilla, las delegaciones íbamos llegando por separado, en fila, con las identificaciones para los automóviles que nos habían dado el día anterior", reconoció.

Europa Press
Marcos Argüelles García, archivero de los Carmelitas Descalzos en Roma, nacido en Avilés, aunque media vida en Oviedo y desde 2011 en Roma, siguió ayer el funeral de Francisco por televisión. "Se preveía mucho movimiento en Roma", indicó. A través de la pantalla sintió la emoción del instante. "Esto ha sido la culminación del Pontificado, se han recordado todas las líneas programáticas del Papa: los más desfavorecidos, la fraternidad, poner el ser humano en el centro de la Iglesia… Lo que me ha emocionado especialmente, siguiendo la ceremonia en la televisión, ha sido ver que a la llegada a Santa María la Mayor había gente de la calle, niños, desfavorecidos que estaban esperando su llegada, para hacerle una ofrenda floral y despedirlo", relataba ayer, apenas acabada la retransmisión. Sobre el desarrollo de la celebración, Marcos Argüelles opinó que "si uno no entiende de rituales no ve gran diferencia, salvo el catafalco que esta vez no lo han puesto. Son rituales muy estudiados y muy elaborados...". Más allá de los ceremoniales, lo que el avilesino percibió ayer es "un gran amor, un gran respeto, la ciudad de Roma está muy ligada a la figura del Papa" y este, dice, "era un Papa muy querido". Él tuvo oportunidad de saludarlo hace años, en una recepción que tenía por costumbre ofrecer a matrimonios recién casados .

"El de Francisco ha sido el más emocionante", afirma la ovetense que asistió al funeral de tres pontífices / LNE
"Estos son días extraños, se percibe en la ciudad que falta algo, hay una sensación de vacío", añadió. Pensando ya en el cónclave, comenta que "los cardenales no son figuras tan conocidas para que se hable mucho de ellos en Roma: los romanos están acostumbrados a la sucesión de papas". "No he visto que se hable mucho aquí en los periódicos del cardenal Artime", comenta.
Viaje casual
Al pintor Federico Granell, nacido en Cangas de Narcea y con estudio en Oviedo, el trasiego de la muerte y el funeral del Papa le sorprendió durante un viaje que tenía planificado desde hacía tiempo con seis de sus alumnos, compaginando turismo y clases de acuarela. "Veníamos a visitar unas cuentas iglesias, pasear, ver monumentos y, al final, con esta historia cambiaron los planes", reconoció. "Está lleno de gente por todas partes, grupos de todas las edades, excursiones de toda Italia, con niños: la ciudad está tomada", contó del día de ayer. Alojado en el barrio de Trastevere, se acercó hasta el Vaticano por la mañana: "Era pronto, la gente se estaba situando, había muchas cámaras, periodistas, pero fue fácil de pasar los arcos de seguridad, que estaban en varias calles, pasando el puente de Sant’ Angelo había uno, y yo pasé por el del puente de al lado". Luego, desde allí, decidieron acomodarse en algún lugar a ver el paso de la procesión fúnebre. "Esperamos en el Coliseo, y se estaba bien, no era agobiante", admite. "Desde las ocho de la mañana oíamos los helicópteros, los ruidos de sirenas, pero todo estaba bien organizado, no había sensación de peligro. Era un momento de duelo para algunos, histórico, pero la gente estaba tranquila, no había tensión", asegura Granell, que pasadas las tres de la tarde ya había encontrado mesa en un restaurante próximo al Vaticano y esperaba por un plato de alcachofas fritas, a compartir con sus acompañantes.

Por la izquierda, María Antonia Fernández, sentada entre otros dos miembros de la delegación de Guatemala, ayer, durante el funeral del Papa; Sofía Riera y su madre, Mónica Blázquez; Federico Granell, de frente, entre la gente, en los jardines del Coliseo, y debajo, Patricia Poole y, al lado, Marcos Argüelles y su esposa Maria Nicotra. / LNE
"La ciudad ya estaba llena de peregrinos por el Jubileo, pero ahora está el doble". Patricia Poole Izquierdo, una gijonesa de 22 años, estudiante del doble grado en Derecho y Administración de Empresas en la Universidad de Oviedo y en Roma desde septiembre, de Erasmus, es consciente de "estar viviendo desde dentro la noticia de la que se habla en todo el mundo". Al poco de fallecer el Papa, Poole se acercó hasta la plaza de San Pedro con sus compañeras de piso y otros amigos. "Nos dimos cuenta de que era muy querido. Se nota desde que sales a la calle", comentó sobre aquellos días. Ayer, lógicamente, la multitud era mayor, pero no renunció a acercarse hasta el Vaticano, con una amiga, Lucía Muñiz, también asturiana, de Oviedo. "Fuimos bastante pronto, salimos de casa a las ocho, a las diez estábamos allí", refiere. Las calles adyacentes a la plaza estaban llenas de pantallas desde las que se podía seguir la ceremonia. Al llegar encontraron a "mucha gente emocionada, había muchos jóvenes, encontramos muchos argentinos y españoles". A la estudiante asturiana le emocionaron dos cosas, sobre todas las demás: "Los cánticos y tanta gente pendiente".
Patricia Poole admite que la muerte del Papa supuso "un choque" para ella: "Si hubiese sido hace unas semanas... Quizás nos lo esperábamos más, pero después de haber aparecido el Domingo de Resurrección, no tanto". "Es muy impactante que esto ocurra estando aquí, tan cerca", afirmó.

"El de Francisco ha sido el más emocionante", afirma la ovetense que asistió al funeral de tres pontífices / LNE
La ovetense Sofía Riera, estudiante de Economía, también de Erasmus, en La Sapienza de Roma, relata que el día que el Papa falleció "nos despertamos porque empezaron a sonar todas las campanas. Nadie sabía qué pasaba. El día anterior habíamos visto de refilón al Papa, durante la bendición del Domingo de Resurrección. Buscamos en internet y nos encontramos con que, diez minutos antes, habían publicado la muerte del Papa". La joven asturiana, que vive en el centro de Roma, cerca de la basílica de San Paolo, y sus compañeras de piso no perdieron tiempo: "Corrimos, cogimos el autobús y vimos la declaración de la muerte del Papa en vivo. La gente estaba superafectada, había mucha congregación religiosa, muchas monjas. Era todo muy intenso, es un hecho histórico, emocionante, se ponen los pelos de punta". Ayer siguieron el funeral por la televisión. Demasiada gente para aventurarse a la calle, en su opinión. "Me pareció superbonito, tan emocionante...", sentencia.
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